Orlando Ortega es medalla de bronce mundial en 110 vallas. Llega en Doha tras sufrimiento, disgustos, una carrera entorpecida por McLeod y tres reclamaciones ante el Jurado de Apelación de la IAAF. Fueron una oral y dos escritas, la tercera, con nuevos argumentos, prosperó. Ortega compartirá el tercer puesto con el francés Pascal Martinot Lagarde. Una historia que se fraguó demasiado despacio, pero con final muy feliz…, según cuenta AS.
La primera esperanza llegó tras un disgusto, porque el miércoles por la noche el jurado de la Internacional (IAAF) no admitía el recurso de Ortega ante la invasión flagrante de calle del jamaicano McLeod, cuando iba en puestos de podio. Sin embargo, sí aceptaba que el atleta español “había sido impedido” por Omar McLeod en la final mundial de Doha. “Este tipo de incidentes no son inusuales en carreras de 110 metros vallas”, justificaban los jueces para dejar desconsolado a Ortega, que este jueves sonríe. Fue con un escrito hecho con tres abogados y con nuevas pruebas, que hicieron rectificar al jurado, compuesto por Samuel Lóoez (Portugal), Peter Hamilton (Australia), Abby Hoffman (Canadá), Antti Pihlakoski (Finlandia) y Pauline Davis-Thompson (Bahamas).
El caso de Ortega había generado un gran revuelo en España y en particular en el mundo del atletismo. «No acabo de entenderlo. En unos Mundiales un atleta corre sin hacer nada malo, le para un rival de forma antirreglamentaria y se queda sin una previsible medalla. Como argumento le dicen ‘suele pasar”, explica Ramón Cid, exdirector técnico de España y un sabio del atletismo. Higuero, Ana Peleteiro, Adrián Ben, Jesús España… Los mensajes de apoyo se multiplicaban y mientras Lord Seb Coe, presidente de la IAAF, retrasaba su encuentro previso con la prensa española a otro día. El tema estaba caliente, incluso a nivel mundial.
Raúl Chapado, presidente de la Federación Española, daba la cara por la tarde. No compartía la decisión del jurado y abogaba por una opción: repetir la carrera con los atletas que quisieran (excepto McLeod claro) y luego se elegiría el mejor tiempo de cada uno de los corredores. “Por calendario y tiempo se podría hacer”. También se había pedido una medalla para evitar el agravio y fue lo que prosperó. Chapado andaba nervioso, de un lado a otro. Una llamada le llegaba cuando estaba en la tribuna de prensa. Su rostro estaba inquieto aún: «Me parece que va a haber medalla», decía: «No os lo puedo asegurar, pero me dicen que el recurso ha prosperado». Orlando Ortega tenía la medalla de bronce, que fue entregada a las 21:40. En el rostro del español se reflejaba toda la tensión vivida…
Sólo una frase en un papel (bastante larga, eso sí), resumía todo: «El Jurado de Apelación reconsideró el caso y en vista de la obstrucción del atleta Omar McLeod en la final de 110 vallas, que impedía progresar al atleta español, el Jurado aceptó la Apelación y ordenó que el atleta español Orlando Ortega también reciba una medalla de bronce».
