Villaluenga del Rosario: El bello y mágico cementerio gaditano

Villaluenga del Rosario es el pueblo más pequeño de la provincia de Cádiz, en él se esconde lo inusual, algo llamativo e incluso mágico. Una iglesia cementerio, la del Salvador. O un cementerio iglesia. Un singular espacio arquitectónico que despierta el interés de un turismo muy específico. Y no es para menos ya que su camposanto está considerado uno de los más bonitos de España.

A los pies de un impresionante macizo rocoso se enclava Villaluenga del Rosario, situado entre la Sierra de Líbar y del Castillo. Su término está incluido íntegramente en el Parque Natural de la Sierra de Grazalema, Cádiz.



Aunque su origen se debe a la cultura musulmana, el cercano yacimiento de las cuevas de la Manga, fecha la presencia humana en estas tierras desde el Paleolítico Inferior. Aún se pueden contemplar los restos de la calzada medieval. Sus cuevas son un santuario para los amantes de la espeleología.

El cementerio de Villaluenga del Rosario es una pieza monumental que conecta literalmente el cielo y la tierra. Está situado en la parte alta del pueblo, ocupando las ruinas de la Iglesia del Salvador de 1722.

Durante la guerra de la independencia fue quemada y saqueada, como toda España. Desaparecieron tras el incendio la cubierta y la bóveda del crucero, ya que muchas partes de la construcción eran de madera, y se conservan el cornisamento de apoyo de la cúpula que quedó suspendido sobre las pechinas, la torre y los muros externos. Años después las ruinas de esta iglesia se convierten en sepulturas, distribuyendose nichos y algunas tumbas en el lugar que ocuparían altares, bancos o rejas, resultando un conjunto de gran interés que sigue conservando el carácter sagrado del lugar.

La disposición del cementerio es irregular y de dimensiones reducidas. La forma de los enterramientos va desde los nichos más antiguos incrustados en los viejos muros de la iglesia, pasando por algunas tumbas en el suelo. Hasta la moderna construcción de nichos de los últimos años.

Al entrar se ve una gran tumba, de alguien importante, la del poeta Pedro Pérez Clotet, fallecido en 1966 y al que el pueblo le ha puesto el nombre a un centro de interpretación de la literatura.

En la torre, cerrada al público, se hacían hasta hace 30 años, autopsias, según cuentan los pueblerinos.

La última, la de un espeleólogo fallecido en la zona.

En la actualidad se quiere construir una escalera de caracol, con más de 300 peldaños para subir a la torre y a un mirador y disfrutar de las vistas.

Villaluenga del Rosario esconde entre sus empinadas y estrechas calles fundidas con la roca, destacados monumentos como las iglesias de San Miguel, las ermitas de San Gregorio y del Calvario, el Ayuntamiento y la Fuente del Acueducto. Además cuenta con la plaza de toros más antigua de la provincia (siglo XVIII). Tiene la particularidad de no ser redonda, sino poligonal, y con un graderío realizado en piedra local. El pueblo también es famoso en todo el mundo por sus quesos, en especial los elaborados con leche de cabra payoya. Desde hace unos años se celebra la Feria del Queso Artesanal de Andalucía.

Y si todo lo que hemos contado no fuera suficiente, el municipio dispone de un entorno espectacular para practicar la espeleología, hay más de 80 cuevas y tres de las cuatro simas más importantes de Andalucía: Sima del Cacao, de los Republicanos y de Villaluenga.

 

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