La plantación fue localizada en un servicio rutinario para comprobar la situación laboral de los agricultores.
Una pareja del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil acompañaba a dos inspectores de Trabajo en un patrullaje rutinario por la Axarquía. Buscaban trabajadores en situación irregular o que estuviesen siendo explotados laboralmente. Y encontraron uno de los mayores alijos de marihuana en la provincia: casi 10.000 plantas, algunas de metro y medio de altura, repartidas en tres invernaderos, según informa Diario SUR.
La intervención, que hasta ahora no había trascendido, tuvo lugar el 10 de junio, sobre las diez de la mañana, en un paraje denominado La Coronada que está situado entre los términos municipales de Algarrobo y Vélez-Málaga. Atraídos por el fuerte olor que desprendía la finca, los agentes y los inspectores se acercaron a echar un vistazo. El olfato no les traicionó. Dos de los invernaderos estaban repletos de marihuana y el tercero contenía una plantación mixta: un tercio estaba destinado al cultivo de pepinos y en el resto crecían más tallos de cannabis sativa.
Al entrar, los guardias civiles del Seprona observaron que había cinco hombres dentro de la finca. Intentaron darse a la fuga, pero solo uno de ellos lo logró (escapó en un ciclomotor). Los demás quedaron detenidos como presuntos responsables de delitos contra la salud pública y pertenencia a organización criminal. Entre los arrestados se encontraba el propietario de la explotación, vecino de la comarca de la Axarquía, quien admitió a los agentes que la plantación de marihuana era suya.
Los guardias civiles descartaron completamente que los otros tres fueran agricultores ajenos al negocio o que se encontraran allí de forma fortuita. Para empezar, porque para llegar hasta la finca hay que recorrer más de un kilómetro y medio de carriles desde el núcleo poblacional más cercano. Pero, además, uno reside en la capital y los otros dos, fuera de la provincia de Málaga. Concretamente, venían de Almería, por lo que, para un cultivo agrícola tradicional, no compensaría el coste del desplazamiento y la manutención, teniendo en cuenta que el jornal en el campo, según la Benemérita, ronda los 30 o 40 euros. Pero es que además procedían del poniente almeriense, por lo que, a juicio de los investigadores, no tenía mucho sentido que se desplazaran desde allí para trabajar cuando en su zona hay mucho más empleo.
En la Guardia Civil están convencidos de que estos tres detenidos, en realidad, llevaban a cabo labores de «guarda y cultivo» de la marihuana. Al parecer, utilizaban la caseta del motor del agua que está junto a los invernaderos –a escasos 20 metros– para dormir, aunque dentro de la misma también hallaron 21 sacos con 155 kilos de marihuana ya picada. En la inspección ocular de la finca se encontró un colchón con una almohada y una manta, varios móviles y un walkie-talkie, sistema que utilizaban para comunicarse entre ellos sin tener que realizar llamadas a través de un operador de telefonía.
Los trabajadores detenidos alegan que trabajaban en el cultivo de pepinos
Los tres invernaderos se extendían por una superficie de entre 10.500 y 10.900 metros cuadrados. En el primero de ellos había 1.640 plantas con alturas que iban desde los 40 hasta los 80 centímetros. En el segundo hallaron otras 6.340 plantas, de las cuales la mitad rondaban el metro y medio de altura. En el tercero, el mixto, encontraron otras 1.810 plantas de hasta 90 centímetros.
Las plantas, una vez cortadas, arrojaron un peso de 4.480 kilos. Hubo que utilizar una báscula para vehículos pesados y dar hasta cuatro viajes con un camión para transportarlas debido a su tamaño. Los agentes tomaron muestras de ellas para que los técnicos del laboratorio del Servicio de Criminalística analicen su composición y concentración, de ahí que aún no se haya podido cuantificar el valor de mercado del alijo. No obstante, y aunque solo sea a título orientativo, el precio del gramo de marihuana se sitúa en España entre 5 y 6 euros.
La Guardia Civil efectuó también un registro en el domicilio del propietario de la explotación. Los agentes localizaron en el mismo una escopeta repetidora cargada con cinco cartuchos, uno de ellos en la recámara, por lo que estaba lista para ser utilizada. También hallaron otra escopeta de aire comprimido y un bote de cristal grande con cannabis sativa.
Se da la circunstancia de que es la segunda actuación en la provincia en la que se detecta marihuana oculta en invernaderos dedicados aparentemente a productos hortofrutícolas en la Axarquía. Hace un mes, la Policía Nacional localizó otras 18.000 plantas repartidas por cinco invernaderos y camufladas entre tomates cherry.
