Ni parques ni quedadas. Esto no son vacaciones: ante el cierre de colegios por el coronavirus, actuemos con responsabilidad

Así narra Silvia Díaz, @madreaventura, la experiencia que está pasando con sus hijos durante estos días a causa de la pandemia de coronavirus en la Revista bebesymas.com, creemos que es interesante compartirla para darle más difusión

La OMS acaba de anunciar que nos encontramos en situación de «pandemia» a causa del coronavirus, ya que desde que surgió en China, el contagio ha sido masivo y continuado, atravesando fronteras y afectando a un elevado número de personas en diversas regiones del mundo.



Con casi 3.000 diagnosticados y más de 80 fallecidos, nuestro país es uno de los más afectados, por detrás de China, Japón, Italia, Irán y Corea del Sur. Los colegios de algunas regiones de España han cerrado sus puertas, se han suspendido fiestas populares y se están llevando a cabo medidas excepcionales que nunca antes habíamos visto.

Pero a pesar de la magnitud que está alcanzado la situación todavía hay personas que no terminan de tomar conciencia del problema al que nos enfrentamos y siguen pretendiendo hacer su vida normal: parques con niños, cumpleaños infantiles que no se cancelan, quedadas familiares o con amigos, viajes…Y yo me pregunto, ¿qué más tendría que ocurrir para que esto cambiara?

«¿Quedamos un rato en el parque para que jueguen los niños?»

Con tres hijos, tres niveles educativos y diferentes actividades extraescolares cada uno de ellos, estoy metida en casi una decena de grupos de whatsapp relacionados con los niños, y desde que se anunciara en Madrid el cierre de todos los colegios, estos grupos no han dejado de pitar.

La reacción inicial fue de asombro e incredulidad («¡no creo que sea para tanto!», decían algunos), e incluso hubo algún padre que como alternativa a los días sin cole, propuso llevar a los niños a talleres y actividades lúdicas organizadas en parques de bolas de la zona.

A esta propuesta ‘bienintencionada’ (pues el objetivo era que los niños no se aburrieran ante una situación tan excepcional) se han ido sumando otras, como reuniones en parques con columpios, quedadas en las casas para que los niños jueguen juntos, y por supuesto cenas entre adultos para «tomarnos un respiro». Y por si esto fuera poco, hoy leía en El Confidencial que muchos padres que teletrabajan están aprovechando el parón escolar para viajar con los niños a zonas de la costa, con el fin de salir del epicentro del virus.

Sentido común y responsabilidad por parte de todos

A ninguno nos gusta la situación que estamos viviendo, pues es muy desagradable y desestabiliza a niños y mayores. Pero en mi opinión, creo que hemos de ser responsables y actuar con sentido común, y dejar, tanto de vaciar los supermercados como si el fin del mundo hubiera llegado, como evitar frecuentar espacios públicos y estar en contacto estrecho con otras personas.

Porque el motivo por el que se han cerrado los colegios es el de tratar de contener el virus, evitando que los niños se contagien y a su vez lo propaguen entre las personas con mayor riesgo. Por lo que carece de toda lógica ese afán de algunos padres por querer sustituir las aulas por zonas alternativas de ocio y recreo repletas de gente.

Y justamente, cuando reflexionaba sobre ello a raíz de que mi hijo recibiera la invitación a la fiesta de cumpleaños de un amigo (fiesta a la que por supuesto, no asistirá), vi este mensaje de la doctora en Farmacia, Marián García (más conocida en redes por Boticaria García) y no dudé en reenviarlo a todos los grupos de whatsapp:

«Si tienes criaturas a las que les han suspendido las clases es probable que te preocupe “lo del parque”. Y también que no haya otro tema en el chat de padres del cole».

«Y si no tienes criaturas también es probable que te preocupe que haya niños jugando en amena reunión por los parques y los centros comerciales como si aquí no hubiera pasado nada».

«Asumamos las medidas que ha planteado @sanidadgob con serenidad pero CON RESPETO. Necesitamos que nuestras criaturas, potenciales portadoras, no expandan el virus a ser posible más allá del portal de casa».

«Esto no significa que sea el apocalipsis entre cuatro paredes. Si hay que salir, que sea siguiendo las normas que dicta el sentido común: buscando espacios al aire libre, sin reunirnos con otros amiguitos (para eso los mandamos al cole) y manteniendo las distancias de un metro entre personas».

«¿Qué tenemos que llevarlos a la compra? Pues los llevamos porque no vamos a morir de hambre. Pero si podemos turnarnos y evitarlo, siempre será mejor».

«Nosotros podemos evitar (relativamente) llevarnos las manos a la cara, tocar cosas… pero a los niños, sobre todo los más pequeños, que suelen tener mocos y otros fluidos radiactivos colgando, no podemos pedirles que sean dueños de sus actos».

«Somos adultos. Seamos responsables. Y si estáis en algún grupo de WhatsApp donde el típico dice: “pues yo sí los llevo al parque porque en casa no hay quien los aguante”, enviadle la infografía y hacéis mutis por el foro. Total, ya me odia la gente por lo del brócoli, esto no me da miedo».

Pero, ¿y cómo se lo explico a mi hijo?

Una vez que los adultos hayamos comprendido la magnitud de la situación y la importancia de «sacrificarnos» durante un tiempo por el bien de toda la sociedad, queda otra parte complicada, que es la de concienciar a los niños de la gravedad del problema pero sin alarmarlos.

Y es que es probable que ellos, especialmente si son pequeños, no terminen de entender lo que ocurre y vean el cierre de colegios como unas vacaciones: quizá pidan salir a jugar al parque, invitar a sus amigos a merendar a casa, visitar a los abuelos… Pero los expertos advierten de que es preferible evitar todas estas actividades para tratar de contener el avance del virus, apoyándonos en otras medidas imprescindibles como el lavado frecuente de manos.

Y si tienes hijos adolescentes o universitarios también toca hablar con ellos sobre la crisis que estamos viviendo, haciéndoles entender la importancia de no frecuentar discotecas (de hecho, algunas ya han echado el cierre), bares, terrazas… así como evitar cualquier reunión social.

Así pues, a los padres nos toca echar a volar nuestra imaginación y plantear actividades divertidas para hacer en casa con los niños, con el fin de evitar lugares concurridos. Dejemos los parques, zonas de ocio infantil y pistas de juegos para más adelante, y si optas por salir a pasear hazlo por el campo o espacios abiertos.

Tomemos en serio las medidas de contención que a diario nos ofrecen las autoridades. El coronavirus, y todo lo que está provocando a nivel logístico, es un verdadero fastidio, pero la vida de muchas personas (entre ellas, nuestros propios padres y abuelos) está en nuestras manos. Sumemos esfuerzos y actuemos con responsabilidad.




Frigiliana

Frigiliana, el pueblo del que todo el mundo habla

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