Las unidades especializadas de Antequera, Coín y Vélez-Málaga cumplen nueve años en los que han conseguido poner freno a esta lacra.
No se le puede poner puertas al campo, pero en una provincia con un gran peso de la actividad agrícola y ganadera, especialmente en las comarcas de Antequera, Guadalhorce y la Axarquía, los robos en explotaciones son, lamentablemente, el pan nuestro de cada día. Sin embargo, la creación de los llamados equipos ROCA de la Guardia Civil han conseguido desde 2013 revertir la situación y poner freno a la tendencia alcista que venían sufriendo los agricultores y ganaderos.
«Había preocupación de los productores de mangos y aguacates porque los robos les causan un grave perjuicio», explica el cabo Jorge, responsable del equipo ROCA de la capital de la Axarquía, el último que se creó, en julio de 2018. El primero que se puso en marcha fue el de Antequera, en 2013, al que siguió el puesto de Coín. «Lo que más hacemos es vigilancia en las explotaciones, pero nuestra función es no sólo sorprender al que está robando fruta, sino también perseguir al que la recibe, que es también un delito, la receptación», explica el mando del Instituto Armado.
Para ello, los agentes tienen que hacer una labor de investigación recorriendo fincas, pero también almacenes y mercadillos. Debido a la gran extensión del territorio a cubrir, el equipo ROCA centro sus esfuerzos en la desarticulación de las organizaciones criminales dedicadas al robo de fruta, que normalmente se desplazan desde otras provincias, como Granada, Córdoba y Sevilla, según informa Eugenio Cabezas para Diario Sur.
«Las que no están valladas, cerca de una carretera general, son las más atractivas para estos ladrones», apunta el cabo Jorge. Otra tipología delictiva es la de los ladrones que sustraen y luego se la colocan a agricultores que sí tienen fincas. «Estos son los más difíciles de pillar, porque no hay un control de las producciones de las fincas, depende de cada año», agrega.
La creación del documento de acompañamiento al transporte, obligatorio desde hace dos años, creado por la Junta, ha supuesto un aliado para los agentes de la Guardia Civil. «Se ve la trazabilidad, pudiendo saberse de qué explotaciones llegan las frutas a los almacenes», apunta el cabo Jorge, quien no obstante admite que todavía hay muchos agricultores que no rellenan bien los datos del documento, a pesar de las facilidades que se ponen para usar medios tecnológicos.
Paréntesis con la pandemia
La pandemia ha supuesto un paréntesis en la trayectoria del grupo ROCA de la Guardia Civil. «La situación se frenó mucho en 2020, aunque es cierto que tuvimos un pico en 2021, aunque ahora volvemos a una tendencia a la baja», resume el mando del Instituto Armado, quien anima a los agricultores a denunciar siempre, por muy pequeño que haya sido el robo. «Son delitos perseguibles a instancia de parte, por lo que hay que denunciar», sostiene.
A pesar de que los precios del aguacate han estado más contenidos esta campaña, con una cosecha también inferior, los amigos de lo ajeno han seguido poniendo sus miras en esta fruta. «A 2,2 o 2,5 euros sigue siendo muy rentable robarlos», sostiene el agente de la Benemérita. «Lo que más hay es gente de fuera, que saben donde están las fincas sin vallas y cerca de carreteras», resume el cabo Jorge, quien recomienda también instalar vallados y medidas de seguridad.
La labor del grupo ROCA ha aumentado también el control de los almacenes de comercialización, que exigen una documentación mínima para dar de alta a los agricultores a los adquieren fruta. «Robos desgraciadamente siempre va a haber, pero aquí estamos para evitar el mayor número posible», se lamenta. La situación de sequía también preocupa a la Guardia Civil, por la proliferación de captaciones irregulares y la creación de balsas. «O hacen algo para aumentar la cantidad de agua disponible o todo el sector agrícola se va a pique», concluye.
