Según publica el Diario Sur, el Carnaval decide por primera vez en su historia no quemar el pescado que este año ha sido una queja por la falta de depuradora en la localidad
Nerja ha puesto este domingo el broche de oro a su Carnaval con un entierro del tradicional chanquete de lo más reivindicativo, ya que el pescado se ha representado sobre una tubería de aguas fecales, vertiendo directamente al mar, en alusión a la ausencia de una depuradora en el municipio más oriental del litoral malagueño, unas obras que llevan paralizadas desde hace nueve meses por la quiebra de la empresa adjudicataria. La comisión de fiestas ha decidido, por primera vez en la historia, no quemar el pescado «hasta que pueda bañarse en un mar con aguas depuradas y sin vertidos fecales», han expresado los participantes en el pasacalles.
«Ha sido un entierro del chanquete diferente, con un toque muy reivindicativo, como ya hicimos hace una semana con la manifestación, en la que participaron más de 700 personas, necesitamos que de una vez por todas se retomen las obras por parte del Ministerio de Medio Ambiente y se terminen, esto no es una cuestión política, sino medioambiental y turística», ha considerado la alcaldesa nerjeña, Rosa Arrabal (PSOE), que ha felicitado a la comisión de fiestas por «la brillante idea» y por los cuatro días de festejos que se han desarrollado desde el pasado jueves. «El pasacalles de ayer fue espectacular, y el entierro de hoy ha sido muy participativo también y todo sin incidentes», ha declarado.
Un grupo de vecinos han sido, como es tradicional, los encargados de portar al chanquete por las calles del centro del pueblo, aunque este año no lo han bajado a la playa de Calahonda para prenderle fuego. Acompañándolos iban los ganadores del concurso de disfraces de ayer, dolientes y vestidos de negro, de riguroso luto, por dos motivos, por el fin del Carnaval de 2018 y este año, además, porque las obras de la primera depuradora de Nerja, que debían haberse finalizado hace un año y medio, aún no están listas.
