El Acebuchal, la aldea fantasma de la Axarquía que ordenó desalojar el régimen franquista, cumple 30 años del inicio de su restauración

Tras 40 años abandonada, Virtudes y Antonio comenzaron su restauración en 1.988 y se ha convertido hoy en día en un enclave del turismo rural de la comarca.

El Acebuchal es una pequeña aldea situada en las faldas del Parque Natural de las Sierras Almijara y Tejeda, en el término municipal de Cómpeta, y a 7 kilómetros de Frigiliana. Hoy en día, se trata de en uno de los principales enclaves del turismo rural de la comarca. Comenzó a resurgir hace 30 años de la mano de Virtudes y Antonio, que quisieron recuperar la aldea abandonada 40 años antes tras orden de desalojo del régimen franquista. En ese momento, todas las casas estaban en ruinas, las calles prácticamente habían desaparecido y no había ni electricidad ni agua corriente.



Sus orígenes se remontan al siglo XVII, al situarse en una ruta de arrieros entre Granada y Málaga donde los comerciantes que estaban de paso encontraban un lugar para descansar. La historia vivida desde entonces la convierte en uno de los enclaves de la Axarquía con alma y personalidad propia.

Al igual que con tantos pueblos de la zona, Frigiliana y El Acebuchal sufrieron terriblemente durante la Guerra Civil española, sobre todo tras ser declarados “Republicanos” en julio de 1936. Los fascistas retomaron el pueblo rápidamente en febrero de 1937 y se vengaron de cualquier sospechoso de ser comunista. Las ejecuciones y régimen de terror llevó a muchos aldeanos en las montañas de los alrededores a formar un movimiento guerrillero denominado como el Maquis, dirigido por José Muñoz Lozano, más conocido como «Roberto». La Agrupación Roberto fue el nombre popular de la Novena Agrupación Guerrillera, entre 100 y 200 hombres, que fueron dirigidos José Muñoz. Comenzó así una guerrilla sangrienta contra la Guardia Civil que duró hasta 1952.

El régimen franquista no podía permitir que desde aldeas aisladas se apoyara a la guerrilla. Ante las sospechas que desde El Acebuchal se pasaba víveres e información a la gente de la sierra, la respuesta fue contundente. En el verano de 1948 las autoridades ordenaron a los residentes de Acebuchal (unas 200 personas) a abandonar sus casas. El pueblo, en el corazón de la Sierra Almijara, donde por aquellos años la guerrilla antifranquista se hacía fuerte y puso en serios apuros a las tropas enviadas para eliminarla, era sospechoso de ofrecer refugio y comida a las guerrillas.

Cuando arreciaron los golpes de los maquis, la Guardia Civil vació el pueblo. Dijeron a los vecinos que podrían cuidar sus bancales o sus bestias por las mañanas, e incluso comer en sus casas, pero deberían buscarse otro lugar para dormir. La Guardia Civil, con apoyo de Regulares del Cuarto Tabor de Alhucemas, comprobaron que la orden había sido atendida.

Aunque en un principio intentaron mantener sus hogares, la mayoría no podía mantener dos viviendas y en 1949 el último vecino abandonó la aldea. Con la llegada de las carreteras, el trasiego por los caminos de la sierra era mínimo. El Acebuchal pasó a la historia. Ya no era nada. Vencidas por la lluvia y por el descuido, las casas mudaron en esqueleto.

El Acebuchal pasó a ser un pueblo fantasma. Sus habitantes, repartidos la mayoría por pueblos cercanos, nunca dejaron de sentirse del Acebuchal, manteniendo sus raíces y un fuerte sentimiento de pertenencia a este barranco y sus aldeas.

Entre ellos se encontraban, Antonio García y Virtudes Sánchez, que en 1.988, cincuenta años después, volvieron al lugar y sobre los restos, poco a poco, volvieron a levantar el pueblo. Todo a mano y sin electricidad ni agua hasta el año 2003.

Cómpeta facilitó los permisos de restauración, pero el esfuerzo y el dinero lo pusieron ellos. Para las casas, pero también para las calles, el alumbrado, el empedrado…Luego, otros siguieron su ejemplo hasta restaurarse por completo al estilo «típico pueblo rural», con nuevas calles, alumbrado, drenaje y un mejor acceso desde el pueblo vecino de Frigiliana conviertiéndose en un lugar ideal para disfrutar de unas vacaciones, ya sean largas estancias en familia, o un fin de semana con su pareja o amigos, en pleno Parque Natural de las Sierras Tejeda, Alhama y Almijara.

Según los últimos datos, existen ya más de 30 viviendas rurales para alquilar como alojamientos turísticos por los que deseen pasar unos días en mitad de la naturaleza y a media hora de la costa. Hay aquí una numerosa población de cabras montesas, desfiladeros, pueblos blancos de raíz nazarí, el Río Verde al norte, el Pico de la Maroma en medio y la Cueva de Nerja, al extremo sur.

No hay señal de televisión (que sólo se ve por satélite), ni tampoco señal de teléfono, pero huele a delicioso pan casero. Se sirven desayunos arrieros y almuerzos a base de carnes de caza. 30 años después de la primera vivienda que fue rehabilitada, El Acebuchal ha vuelto a la vida que le arrebató la posguerra. La persistencia y la esperanza vencieron una vez más.

Textos y fotos: Francisco Millán, Adolfo Moyano Jaime, Pedro González Conejero y eldiario.es

Foto Portada: Pedro González Conejero.




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