La colaboración y la solidaridad han sido claves para que una familia del país escandinavo la adopte.
Ya tiene nuevo nombre. Se llama Eli. Así la ha bautizado su nueva familia en Suecia. La podenco andaluz que fue rescatada por la Policía Nacional en una finca en la comarca de la Axarquía a punto de morir deja atrás ese terrible episodio y vuelve a ser una perrita sana y alegre. Una asociación de defensa animal en Moclinejo, una clínica veterinaria de Vélez-Málaga y dos protectoras lo han hecho posible gracias también al trabajo realizado por los propios agentes de policía.
Fue la Asociación Unidad de Protección, Rescate y Defensa Animal de Moclinejo la primera que dio la voz de alarma. Gracias a su aviso la Policía Nacional pudo rescatar a Eli cuando se encontraba desnutrida, a oscuras en una habitación y atada en corto con unos alambres a un palo anclado a la pared. Esta situación incluso impedía al animal tumbarse por completo. Fruto de las pesquisas realizadas, los agentes detuvieron al dueño por su presunta responsabilidad delitos de maltrato animal. Uno de ellos, con resultado de muerte, ya que fue hallado un segundo perro sin vida en la finca. En la parcela, la policía también halló varios conejos muertos en el interior de varias jaulas, sin agua, y algunas gallinas, igualmente fallecidas.
Los agentes trasladaron con urgencia al la perrita rescatada con vida a un centro veterinario, donde fue diagnosticada de varias dolencias, entre las mismas “delgadez extrema -a la palpitación abdominal no palpables heces ni orina-, hemoconcentración, trombocitopenia, transaminasas elevadas y positivo en anaplasma”. Fueron los profesionales de la Clínica Veterinaria del doctor Sánchez del Río de Vélez-Málaga los que atendieron a Eli de un modo completamente altruista.
Una vez la podenca comenzó a recuperarse, fue acogida por la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Málaga, que inició los trámites para intentar buscarle una nueva familia. Y así ocurrió gracias a la mediación de SOS Animals de Suecia. Eli ha cambiado el clima suave de la Axarquía por el frío de Suecia, pero seguro que ahora sí que se encuentra como en casa. Una triste historia con un final feliz.
