La historia la cuenta hoy Diario SUR. Una madre de Málaga desesperada por la dificultad para controlar a su hijo de 12 años, decidió atarlo a la pata de un sillón con una cadena cerrada bajo llave. Le dejó comida, agua y un móvil (sin saldo) para entretenerse con los juegos y la tele encendida. El joven utilizó el teléfono para marcar el 112 (teléfono de emergencia al que se puede llamar sin saldo).
La policía se personó en el domicilio y acabó arrestando a la madre. Al día siguiente, la Juez, tras escuchar su testimonio, optó por dejarla en libertad sin medidas cautelares, aunque investigada por un presunto delito de coacciones.
La madre, siempre según diario SUR, reconoció que lo que había hecho no estaba bien, pero también desveló el motivo y, con él, el trasfondo de un caso que resulta ser bastante más complejo. Al parecer, la madre se mostró desesperada por la dificultad de controlar a su hijo y sus constantes fugas del domicilio familiar e incluso del centro de protección de menores en el que había sido internado.
La progenitora explicó a la jueza que el día antes, sin ir más lejos, el adolescente se marchó de casa y ella tuvo que movilizar a sus familiares para tratar de localizarlo.
Estuvieron buscándolo todo el día. Según las fuentes consultadas, lo encontraron de madrugada y en compañía de varios mayores de edad.
Al parecer, preocupada por los malos hábitos y las compañías, tomó la decisión de encadenarlo para evitar que volviera a fugarse.
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