El crimen organizado golpea en Málaga con tres muertos, dos tiroteos y dos secuestros

Según publica Diario Sur, la espiral de violencia acumula ya seis episodios en 15 días en Marbella, Fuengirola y Málaga, y rompe la tendencia a la baja de la criminalidad

El crimen organizado vuelve a golpear en la Costa del Sol. En apenas 15 días, la provincia ha sido escenario de seis episodios violentos que los investigadores relacionan directamente con ajustes de cuentas derivados del narcotráfico o con efectos colaterales de estos negocios, ya sea impago de deudas, rivalidades por el control del territorio o ‘vendettas’.



En su visita a Marbella el pasado lunes, el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, calificó estos sucesos de «hechos aislados» e hizo un llamamiento a la prudencia para no «sembrar la alarma», apoyándose en los buenos datos de criminalidad en la ciudad durante el primer trimestre del año, en el que la delincuencia descendió un 15%, y en los «altos índices» de delitos esclarecidos.

Lo cierto es que, en menos de una semana, Marbella ha registrado un asesinato y dos secuestros, uno de los cuales también acabó en el homicidio de una de las víctimas. A estos tres episodios violentos hay que sumar dos tiroteos ocurridos en Fuengirola y otro crimen en la zona de Las Castañetas, en Málaga capital, todos ocurridos en la última quincena.

La oleada de violencia que ha vivido Málaga en lo que va de mayo rompe la tendencia de los tres primeros meses del año, que acabaron con una bajada generalizada de la delincuencia en la provincia –igual que sucedió en Marbella– para la mayoría de los delitos, a excepción de los homicidios y asesinatos, las agresiones y los abusos sexuales, que experimentaron un incremento. La estadística reflejaba un descenso histórico de la delincuencia (un 9% menos que en el mismo periodo del año anterior) que invitaba al optimismo entre los responsables policiales y políticos.

Hasta que llegó mayo. Y con él, una serie de ajustes de cuentas que, según las primeras investigaciones, no tendrían relación entre sí. De hecho, los agentes de la Unidad contra las Drogas y el Crimen Organizado (Udyco-Costa del Sol) trabajan de manera independiente –y a destajo– en cada uno de los seis episodios violentos que han tenido lugar en la última quincena.

Los robos de droga han generado un clima de tensión entre las organizaciones

Sólo una de esas investigaciones conduciría al Campo de Gibraltar, al que el ministro también hizo referencia durante su visita a Marbella tras la agresión a nueve guardias civiles por parte de un grupo de 40 personas que celebraban una comunión en Algeciras. Zoido vinculó el suceso a un acto vandálico y no a supuestas represalias contra la Benemérita, ya que, según dijo, el incidente se originó antes de que supieran que eran agentes. Aun así, lanzó un mensaje de impunidad cero «frente a las mafias que trafican con droga en la zona y las personas que actúan con una violencia inusitada», subrayó.

Mayor contundencia
Investigadores con años de experiencia en la lucha contra el crimen organizado reclamaron la implicación de «todos los estamentos» en la persecución del narcotráfico y de los delitos que lleva aparejado, como los ajustes de cuentas que estos días han marcado la actualidad de la provincia. Reclaman, por ejemplo, mayor contundencia para precintar y demoler las viviendas –la mayoría, ilegales– que se usan como ‘guarderías’ (almacenes) de droga y que la policía, en muchos casos, tiene localizadas e identificadas.

Pero, ¿cuál es el origen de esta espiral violenta? Los expertos consultados por este periódico señalan múltiples factores, pero todos coinciden en uno: el aumento de los robos de droga entre narcotraficantes, que en el argot policial se denominan ‘vuelcos’. «Las bandas buscan el máximo rendimiento a su negocio. Comprar y traer la droga tiene costes. Si la robas aquí, es todo beneficio», apunta un especialista en la lucha contra los narcos, que ha observado cómo algunos chavales han dado el salto «de la playa» –donde trabajaron como porteadores a sueldo– a crear sus propias bandas dedicadas a asaltar las ‘guarderías’ de otras organizaciones para, después, vender la mercancía. Los ‘vuelcos’ de droga han generado «tensión» entre los narcos, que evidentemente no se denuncian entre sí. Cuando a un grupo le roban una partida o le dejan una deuda, explica un agente, responde lanzando «un mensaje de autoridad, de respeto», a la competencia. Y ese tipo de mensajes suelen escribirse con sangre.

Las pesquisas policiales sitúan precisamente en este contexto el último de los crímenes que ha tenido lugar en la provincia, el que se produjo el sábado a mediodía en la puerta de la iglesia parroquial Virgen del Rocío de Marbella. Un sicario mató a tiros a un hombre de 36 años que acababa de subirse en su coche tras ver cómo su hijo hacía la primera comunión.

El fallecido, al que apodaban ‘El Maradona’, había recibido dos «avisos» muy próximos en el tiempo, según fuentes cercanas al caso. Primero, prendieron fuego al gimnasio que regentaba en San Pedro Alcántara y, después, quemaron un club del que al parecer era socio, el Heaven, en la playa esteponera de Guadalmansa. Aún se desconoce el motivo real del crimen, aunque algunas fuentes vinculan el suceso con un supuesto robo o una deuda relacionada con una importante partida de droga.

Cuando mataron al ‘Maradona’, la policía trabajaba a destajo en otro secuestro que acabó en homicidio y que los investigadores también atribuyen al crimen organizado. El pasado día 7, una pareja fue abandonada en una cuneta de Marbella tras ser retenida durante al menos 24 horas. Cuando llegó la policía, la mujer, de nacionalidad colombiana, estaba malherida. Tenía el rostro desfigurado por los golpes, aunque ninguna lesión vital. Ella fue quien les indicó el lugar en el que se encontraba su marido, al cabo de un pequeño terraplén. Los agentes le tomaron el pulso y comprobaron que estaba muerto. El hombre, croata, de 53 años, tenía las piernas vendadas, varios impactos de bala y traumatismos por todo el cuerpo.

Entre ambos episodios, Fuengirola registró sendos tiroteos que dejaron un saldo de tres heridos de bala. Ambos en circunstancias similares. Primero, fueron dos hombres de origen magrebí los que acudieron a un hospital privado del municipio para que les curaran de los disparos que habían recibido tras un incidente en un local del puerto deportivo. Días después, la escena volvió a repetirse, esta vez en un centro de salud en el que se presentó un ciudadano del Este con un balazo en el abdomen. Tras la cura, huyó antes de que llegara la policía, que lo localizó poco después.

Tampoco la capital escapa a esta oleada de violencia. La policía maneja como principal hipótesis que el crimen de Francisco José López Padilla (33 años), hallado muerto junto al río Guadalhorce a su paso por Las Castañetas, obedecería también a un ajuste de cuentas. El hombre, cuyo cadáver se encontró cuatro días después de su desaparición, murió tras recibir numerosas puñaladas.




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