Se reúnen en el entorno de la cavidad y abordan los proyectos e inversiones previstos por la Fundación a lo largo del presente ejercicio
Los descubridores de la Cueva de Nerja han acudido esta mañana a su ineludible cita para conmemorar el 58 aniversario de su hallazgo, que se cumple hoy. De este modo, Francisco Navas, José Torres y los hermanos Miguel y Manuel Muñoz han regresado a la gruta acompañados por sus esposas, así como por la viuda y el hijo del descubridor fallecido José Luis Barbero.
Los protagonistas del hallazgo, que desde hace años se reúnen este día en la cavidad para recordar el acontecimiento, han contrapuesto la experiencia de aquellos cinco jóvenes, cuyo descubrimiento dinamizaría años más tarde la economía del municipio nerjeño, con los proyectos e inversiones previstas por la Fundación a lo largo de 2017, como la remodelación de la entrada al recinto y de la escalera de la Cascada, al tiempo que han valorado el incremento de visitantes registrado en el último año.
Desde la Fundación Cueva de Nerja han querido poner en valor la celebración del aniversario y la deuda permanente que tiene el municipio con los descubridores, señalando que “esta fecha debe considerarse clave en el calendario para lo que ha sido el devenir y el futuro económico y turístico de nuestro municipio”.
Cómo se descubrió esta maravilla arqueológica
El 12 de enero de 1959, cinco jóvenes se adentraron por la torca de la mina del cementerio, siguiendo a una bandada de murciélagos que salían de una estrecha grieta de la pared de esta cavidad. Dicha hendidura les condujo hasta un estrecho pasadizo, denominado desde entonces Conducto del Descubrimiento y que desembocaba en la que hoy se conoce como Sala de la Cascada o del Ballet.
Impresionados tras iluminar con su linterna la gran maravilla geológica que constituía ese espacio inicial de la gruta nerjeña y mientras oían el batir de alas de miles de murciélagos que los acompañaban en su aventura, una mezcla de temor y emoción les embargaba. No tardaron en alcanzar nuevos rincones y tomar conciencia de la importancia de su hallazgo.
En este punto, avanzaron hasta llegar a la Sala de los Fantasmas, donde descubrieron dos esqueletos humanos. El miedo les hizo abandonar aquí su aventura, pero días más tarde regresaron a la gruta, esta vez acompañados por dos de sus maestros, quienes dieron fe de la veracidad del descubrimiento.