Los jugadores del «equipo de la Axarquía» viajaron a La Línea sin entrenadora.
El Vélez pierde ante el Linense. Esto empieza a no ser un titular, sino una crónica de muerte anunciada, cosa que diría Gabriel Márquez. El «equipo de la Axarquía» sufre tal crisis, si se puede llamar así, que los resultados deportivos son secundarios, y cada vez, se ve más obvio, que esa muerte anunciada, desde que confirmaron la crisis económica, condenará al Vélez a un descenso irremediable. El partido fue lo de menos.
El equipo luchó en la primera mitad. Incluso, el Vélez abrió el marcador por medio de Dani Cosano en una jugada que no logró despejar el Linense, equipo que cambió radicalmente en la segunda parte. Bien por el cansancio del Vélez y por los cambios del técnico que removieron el partido a su favor. A partir de aquí, los visitantes volvieron a su dura realidad y recibieron tres tantos. Aridane que saltó en el 65, anotó un hat trick y culminó el partido ante unos chavales que poco pudieron hacer.
El resultado es una heroicidad por parte de este Vélez, después de las últimas filtraciones sobre un nuevo problema con el nuevo presidente. El Vélez ha viajado a La Línea «con los jugadores justos disponibles, sin entrenador, sin preparador físico, masajista, directivos…» explica J. Hurtado Velezedario en un escrito en redes sociales. Sobre el que añade que «Pablo Sebastián Nilo, ni bocadillos había preparado, por lo que, la Esquina Veleña 1922 ayuda con la confección de bocadillos para que los jugadores puedan almorzar».
Así, SportDirect Radio Málaga, aseguró que los jugadores fueron amenazados con ser sancionados si entrenaban antes del partido, cosa que hicieron. El Vélez ha jugado este partido sin el cuerpo técnico mencionado, y la relación con su entrenadora interina, Alejandra Martínez, está prácticamente rota.
A día de hoy, los jugadores siguen sin cobrar, no llegaron las promesas que mencionó Pablo Nilo, y no solo eso, sino que los jugadores «siguen sin cobrar». A los problemas de antes se le añade otro grave, la ruptura y guerra entre cuerpo técnico y jugadores.
Mientras los dirigentes se afanan en negociaciones y estrategias financieras, son los jugadores y una parte del personal técnico los que dan el ejemplo de entrega y lealtad incondicional al Vélez CF. Este peculiar contraste deja en evidencia que, en el mundo del fútbol, los verdaderos protagonistas son aquellos que sienten los colores en lo más profundo de su ser y están dispuestos a sacrificarse por el equipo que aman.
El Vélez ha pasado en poco tiempo de ser un proyecto ambicioso a intentar salvar la categoría a intentar salvar el club. Por más que los chavales se nieguen, por más que los socios y aficionados intenten frenarlo, el Vélez vive una crónica de muerte anunciada sin saberlo.
