La concentración de polvo en suspensión en el aire y las lluvias alrededor de las siete de la tarde provocaron la suspensión del desfile procesional de Pollinica y Rocío.
No pudo ser. Después de un duro año de gran trabajo, en el que los hermanos de la Cofradía de Ntro. Padre Jesús en su Triunfal Entrada en Jerusalén «Pollinica» y Mª Stma. del Rocío habían puesto todos sus esfuerzos e ilusiones para que la Madre de los Pollinicos volviera a recorrer las calles de Vélez tras el incidente con una vela el pasado Domingo de Ramos, en esta ocasión las inclemencias meteorológicas pedían mesura y templanza, ante la concentración de polvo en suspensión en el aire y la amenaza de lluvia alrededor de las siete, que podría dañar la talla de la Virgen, recién policromada, y el ajuar y patrimonio que acababan de restaurar.
El júbilo y la ilusión entre la multitud que se agolpaba en el entorno del Mercado de San Francisco, donde se encontraban las imágenes desde la noche de este pasado miércoles al concluir su traslado desde la Iglesia de San José, se tornaban nuevamente en impotencia y tristeza ante la situación meteorológica.
La tarde comenzaba tal y como estaba previsto, con la llegada del Ángel Custodio, escoltado por la Policía Nacional, para su entronización.
Como es tradicional, la pregonera oficial de la Semana Santa de Vélez-Málaga, que en esta edición ha sido la popular y querida comunicadora Mª Ángeles Salguero, era la encargada de realizar el encendido de la primera vela de la candelería de la Virgen del Rocío, la primera luz de la Semana Santa veleña.
Una candelería creada con mucho mimo por el propio grupo de albacería de la cofradía en un recién restaurado trono, tras los daños sufridos el pasado Domingo de Ramos, para sofocar el incendio provocado por una vela, que afectó al rostro de la Virgen y prácticamente en todo su ajuar.
Precisamente para que la Virgen volviera a salir esplendorosa por las calles de Vélez-Málaga, se suscribía un acuerdo por parte del presidente de la Diputación Provincial de Málaga, Francisco Salado; la directora de Actividades Culturales de la Fundación Unicaja, Emilia Garrido; y el alcalde de Vélez-Málaga, Jesús Lupiáñez, quienes harán frente a dichos gastos.
Con el cielo como palio, con peana procesional de Mª Stma. de la Caridad y las ánforas de la Virgen de la Esperanza, la Virgen del Rocío lucía radiante, engalanada con la saya, joyas y todo el ajuar que le han ido donando fieles devotos durante estos meses, con el halo de estrellas donado por la familia de Alberto Ruiz Pareja, quien en su día había donado la anterior, también dañada.
Jesús, a lomos de su Pollinica, ataviado con su nueva túnica, donada por un grupo de hermanos, enjoyado con broches también fruto del amor de sus devotos, estaba dispuesto a pisar las calles de Vélez, en un trono cuidadosamente exornado, con flores y mantos.
Pero no, no pudo ser.
Pasaban 15 minutos del horario de salida previsto. El hermano mayo, Salvador Fortes, acompañado por miembros de la Junta de Gobierno de la cofradía, trasladaba en el interior de la Iglesia de San Francisco, donde estaba formado el cortejo de penitentes, acólitos y mantillas, que no, que este año no se podía salir. Había mucho en juego. Se acababa de recuperar la policromía de la Virgen y parte del patrimonio, la calima, el polvo rojo del desierto condensado estos días en el aire, era un riesgo, al que se sumaba las esperadas lluvias para las siete de la tarde, como así fue.
«Al menos el año pasado andamos algo, pero este año ni vamos a salir», decía una pequeña emocionada, al ver que su Virgen este año no podría ni pisar la calle, «con todo el tiempo que llevaba esperando».
Entre una marea de gente, que aguardaba impaciente los acontecimientos, los penitentes y mantillas se sumaron al Mercado, donde las bandas se fueron alternando para ofrecer un recital tanto a los Sagrados Titulares a hombros de sus horquillarías.
Y llegó la sorpresa, Diana Navarro acompañaba al veleño Adrián Martín que interpretó la saeta que la cantante malagueña le ha compuesto a la Virgen del Rocío; y posteriormente saludó cariñosamente a las horquilleras del Cristo.
Con el único consuelo de que al menos la lluvia, tan necesaria, al fin llegó como estaba previsto. Las puertas del Mercado de San Francisco volvieron a cerrarse, con las ilusiones puestas en el 13 de abril, en el Domingo de Ramos de 2025.
