El Juzgado de Menores le impone 18 meses de libertad vigilada, la obligación de realizar talleres sobre resolución de conflictos y de prevención de conductas de riesgo y el pago de 3.049 euros de indemnización a los agentes.
El Juzgado de Menores número 3 de Málaga ha condenado a un menor, vecino de Torrox, a 18 meses de libertad vigilada y a la realización de talleres de resolución de conflictos y de prevención de conductas de riesgo y al pago de 3.049 euros de indemnización a tres policías locales a los que agredió cuando estos le pidieron que se identificara en plena calle. Así, se le condena por un delito de atentado a agente de la autoridad, un delito menos grave de lesiones y dos delitos de lesiones.
Los hechos se remontan al 15 de octubre de 2022, cuando el menor, que entonces tenía 16 años, se encontró en la calle con uno de los agentes, que estaba fuera de servicio, paseando a su perro, cerca de su domicilio, en la zona del paseo marítimo de El Morche. Según recoge el fallo judicial, que no es firme y puede recurrirse ante la Audiencia Provincial y al que ha tenido acceso SUR, el menor se dirigió al policía local «de forma jocosa y realizando el saludo militar», marchándose el agente a casa de su pareja, situada a unos 80 metros del lugar.
Según informa Eugenio Cabezas para SUR, cuando el policía salió de nuevo de casa, apenas media hora después, «comprobó que su vehículo, estacionado en la zona, tenía rajadas dos ruedas de la parte izquierda, por lo que procedió a llamar a sus compañeros para que identificasen a esa persona que se hallaba en el mismo lugar donde se lo había encontrado anteriormente y volvió a saludarle de forma jocosa». A los pocos minutos se personaron dos agentes uniformados, que procedieron a solicitar al menor su identificación.
Ahí fue cuando comenzó un enfrentamiento, al negarse el menor, «al mismo tiempo que se dirigía a los agentes con expresiones como ‘una mierda para vosotros’, ‘la policía es una mierda’, ‘que no me sale de los cojones identificarme’ e ‘hijos de puta’», llegando a decirle a uno de ellos que «sabía dónde vivía y que lo tenía que matar». A continuación, ante la negativa del menor a identificarse, fue informado por los agentes de que debía acompañarlos a la Jefatura para ser identificado, «momento en el que el menor propinó un codazo en el pecho a uno de los agentes, cayendo ambos al suelo, interviniendo los otros dos para reducirlo».
Como consecuencia de estos hechos, uno de los agentes sufrió lesiones consistentes en un traumatismo torácico con fisura de la séptima costilla, mordedura en el gemelo de su pierna derecha, contusiones y erosiones, que precisaron de 31 días de perjuicio personal moderado y quedándole como secuela una pequeña cicatriz en la pierna. Respecto a los otros dos agentes agredidos, uno de ellos sufrió una cervicalgia y policontusiones, y el otro sufrió también policontusiones.
Sin embargo, el menor fue absuelto de un delito leve de daños por las ruedas rajadas del coche familiar de uno de los policías, «ya que no existe prueba de cargo o actividad probatoria suficiente y bastante para poder deducir, con la convicción y certeza que se hace exigible en el ámbito penal», su culpabilidad.
