Los pragmáticos y menos exigentes se quedan con los tres puntos, en el Vélez 1 Melilla 0, pero si escarbamos un poco, solo un poco, encontramos un partido gris, casi negro del Vélez que estuvo a punto de dar una decepción a sus seguidores, porque no encontraba la manera de marcar ante el Melilla, el colista. Pero esta vez el triunfo llegó de penalti y en el 87, y gracias a Pepe Vergara, minutos antes Dani González había fallado otro. 
El triunfo sitúa a los veleños con 11 puntos, en este tramo de competición cargado de partidos y eso hizo que Tello dejara en el banco a jugadores habituales. Así se nos hace raro ver a Damián, y también estaban Diego y Dani González, y oportunidad a los canteranos Ortega y Anaya. Este fue el jugador con más hambre de disparo, pero no tuvo la fortuna de marcar. Unos primeros minutos donde el portero Omar se le escapó dos balones por alto, y no pudo aprovecharlo ni Ebwelle ni Anaya, bueno sí, pero fue anulado por fuera de juego. Tuvo otra Ignacio Anaya, pero cruzó en exceso la pelota. El Melilla empezó a perder tiempo desde los primeros instantes, y el Vélez fue de más a menos, y se sentía cómodo defendiendo y renunciando al ataque. Anaya tuvo otra, pero su disparo fue al «muñeco». Y al filo del descanso, en un saque de esquina de Ebwelle, Nacho no dio con los tres palos. 
Tello dio entrada a Dani González, pero el Vélez estuvo muy espeso y torpe a la hora de crear, y lo que podía pensarse en un asedio, no fue así, y el Melilla estaba atrás, ordenado y a lo suyo, romper el ritmo, bueno tampoco que hubiese mucho. La afición se desesperaba, porque tampoco había remates claros. Que si Vergara lo intenta individualmente, que si Anaya se pelea con todos para hacerse una jugada, que si..que si..Y con estas, llegamos al final con la sensación de que iba a ver un Melillazo. Pero no, el Vélez ganó y sufriendo. En el 84, penalti que marra Dani González, lo lanzó a la base del poste, y eso parecía el fin. pero una clara mano visitante, dio una segunda oportunidad para que Vergara marcase el gol de la victoria, justa, sí, pero lograda con poco fútbol.
