Un total de 29 playas de la provincia y 55 de Andalucía tuvieron que ser cerradas al completar el límite del aforo.
La playas de la provincia de Málaga vivieron el domingo la prueba de fuego más importante desde que se reabrieron los arenales y que se resolvió con el cierre de 29 espacios y 4.500 incidencias. La masiva afluencia de bañistas permitió testar la capacidad de carga y aforo del litoral y obligó a los municipios y a la propia Junta de Andalucía a lanzar diferentes mensajes de responsabilidad a la hora de utilizar el litoral.
Según fuentes consultadas por Diario SUR, las principales incidencias notificadas por los auxiliares de control de playas durante toda la jornada fueron por auxilio, aglomeraciones, incumplimiento de las medidas de seguridad, información, distanciamiento social o deportes y juegos. Durante todo el fin de semana se detectaron unas 8.000 incidencias en el litoral de Málaga.
Por ello, el consejero de Presidencia de la Junta de Andalucía y portavoz, Elías Bendodo, pidió ayer responsabilidad a los andaluces y visitantes a la hora de utilizar estos espacios porque si no se actúa con prudencia se podría propagar el coronavirus. Bendodo recordó que la apertura de la movilidad permite reactivar la economía, pero también puede facilitar que circule el virus, por lo que no se puede bajar la guardia.
Para que haya un turismo «responsable», insistió en la necesidad de que los ciudadanos cumplan las normas de seguridad relativas al uso de mascarilla, gel hidroalcohólico y distancia social y que vayan a la playa «con mucha responsabilidad».
Ante el hecho de que se produjeran 26.000 incidencias en toda Andalucía y que los ayuntamientos cerraran 55 playas al ponerse el cartel de ‘no hay billetes’, el consejero de Presidencia insistió en que hay que ir a las playas «con responsabilidad y sabiendo elegir» para no colapsar las más concurridas.
Como posteriormente corroboraron los vigilantes y socorristas que recorren el litoral a pie de playa, el no respetar la distancia mínima de dos metros, el uso de pelotas y colchonetas se encuentran entre las faltas más comunes y lamentan la falta de civismo de muchos bañistas, a los que hay que repetir las cosas en más de una ocasión para que actúen como deben. «Es algo nuevo y no todo el mundo lo acepta de buena forma», reconocen.
