Los veleños ganan 4-0 al Panadería Pulido que supone la primera victoria blanca que le sirve para ascender varios puestos. 
El Vélez celebró su 99 cumpleaños a lo grande, ganando y goleando. La primera victoria de la Liga para los axárquicos llegó con brillo que le sirve no solo para abandonar la posición de colista, sino avanzar varias posiciones. El Panadería Pulido solo resistió el primer cuarto del partido, donde se aprovechó de un Vélez atenazado y que calcaba errores del pasado, sin juego vertical y nulas llegadas.
Todo cambió a los 32 minutos, cuando Alex Camacho, el mejor de la primera parte, sorprendió por el centro, yéndose de varios contrarios, y desde la frontal, batir a Guanche para hacer el 1-0. Era el primer gol en jugada esta temporada del Vélez que no marcaba desde la primera jornada. El conjunto isleño quedó noqueado, y fue un juguete en mano de un Vélez que soltó el lastre de los nervios y empezó a coleccionar jugadas de ataque, haciendo ya méritos antes del descanso.
En la segunda parte, lejos de llegar la reacción del equipo “panadero”, los veleños pudieron hacer el segundo en un dos lanzamientos de Zamorano, uno de ellos un fallo de un penalti en el minuto 52. No hubo tiempo de lamentaciones, porque tres minutos más tarde, Gory da un gran pase por el centro de los centrales a Nacho Fernández, que define con calidad para hacer el 2-0. El Vélez no quería remontadas del contrario, y lo sometió con más llegadas, con un juego fluido, al primer toque, buscando las bandas y haciendo trabajar mucho a la defensa canaria. Pero fue en un córner, donde el central Coutihno, elevaba ya a goleada el triunfo blanco.
Los de Miguel Ángel Beas tenían hambre de goles, y era la mañana perfecta para seguir marcando. El 4-0 lo logró Zamorano de penalti, que quiso repetir, y esta vez sí logró batir a Guanche. Quedaba aún un cuarto de hora, y Fran Pacoli, que debutó y el propio Zamorano pudieron hacer el quinto. Al final, la plantilla se dirigió a los aficionados para celebrar que el Vélez está vivo.
Fotos: Patricia López y Rafael Rodríguez.
