La Policía Nacional ha abierto una investigación para esclarecer cómo ha llegado un dibujo del ‘niño pintor’ al buzón de la compañera de clase a la que él se lo regaló hace 33 años, según cuenta DIARIO SUR.
Los agentes han empezado por tomar declaración a la destinataria del dibujo, una mujer que sigue residiendo en la capital aunque, como ella misma confesó a este periódico, no está empadronada en su actual domicilio, que sí consta en algunas bases de datos oficiales. Sin embargo, eso no impidió que alguien depositara en su buzón, sin sobre ni carta alguna, el dibujo que David Guerrero le hizo durante unas clases extraescolares de dibujo unos días antes de su enigmática desaparición, el 6 de abril de 1987, cuando solo tenía 13 años y un futuro prometedor en el mundo de la pintura.
La mujer se topó con el extraño hallazgo hace unas semanas, al volver a casa y examinar su correo. De un modo casi automático, se detuvo junto a la papelera del rellano de su edificio para tirar la publicidad que no le interesaba. Entonces, entre los pasquines, se encontró con el dibujo original que David le regaló hace 33 años, y que reconoció porque ella puso la fecha en el reverso y lo clavó con una chincheta en una pared de su cuarto.
Aquella hoja de cuaderno lo entregó Gema –que ahora se ha convertido en testigo del hallazgo del mismo– a los agentes que investigaban la desaparición de David. Para la policía, aquel dibujo derivó en una pista clave del caso, si no la única, tres años después, cuando una camarera de pisos de un hotel de la capital declaró haber encontrado una servilleta donde podía leerse «David Guerrero. Huelin». La trabajadora, que aseguró que no lo había contado antes por temor a la repercusión del caso, informó a la policía de que en esa habitación había estado hospedado un ciudadano suizo.
Los investigadores observaron que existía cierto parecido físico entre el dibujo que David regaló a Gema y una fotografía concreta del turista, aunque un hermano de David, que es pintor como él, descarta que sean la misma persona. También que sea necesariamente una caricatura. La familia asegura que nunca habían tenido en sus manos el original, solo la fotocopia que se incorporó al sumario.
En cualquier caso, cuando la policía localizó al ciudadano helvético, ya había fallecido. Los agentes viajaron hasta su residencia en Suiza. Su viuda les permitió acceder a su laboratorio fotográfico [acostumbraba a retratar a personas]. Había miles de imágenes. Algunas incluso de Málaga. Pero ni una sola de David.
