La bajada de precios por la falta de compradores y las escasas medidas de seguridad llevan a los pescadores a optar por no salir a faenar
Cinco compradores de los cincuenta que acostumbran a acudir a diario. Esta es la situación actual en la lonja de Caleta de Vélez, el puerto malagueño que más capturas realiza en la provincia.
Mientras sectores como el de frutas y hortalizas han llegado a experimentar durante unos días una subida de precios ante la entrada en vigor del estado de alarma, en el sector pesquero el efecto ha sido el de una caída en picado del valor de las capturas como consecuencia del cierre de restaurantes, chiringuitos, bares, cafeterías e incluso pescaderías, a pesar de tener estas autorización para seguir abiertas.
Pero el pescado apenas tiene salida porque la gente no va a comprar a las pescaderías. Optan por las grandes superficies. Ello ha provocado una caída sin precedentes de los precios.
Pero además los marineros trabajan uno al lado del otro y es imposible mantener una distancia de seguridad.
Todo ello hace que cada vez sean más los pescadores que deciden no salir a faenar.
Así, en Caleta de Vélez el número de embarcaciones que han decidido amarrar la flota, al menos de momento, alcanza la quincena y de todas la artes (arrastre, chirla, marisco y pulpo), según ha manifestado la patrona mayor, María del Carmen Navas a Diario Sur.
