Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), solo en 1937 y 1941 se registraron más fallecimientos que en 2020, que se ha cerrado con un balance de 14.711 defunciones.
La provincia malagueña ha cerrado 2020 con un balance total de 14.711 fallecidos, que suponen un 15,5% más que el año anterior (12.737). La Opinión de Málaga publica que solo en 1937 y 1941, y como consecuencia de la Guerra Civil, Málaga sumó más víctimas mortales en un único año: 16.592 y 15.602, respectivamente.
La serie histórica que analiza los últimos 90 años en territorio malagueño destaca este pasado año como el más negro en cuanto a mortalidad desde la contienda bélica. Respecto a 2019 el incremento ha sido de casi 2.000 muertes, si bien es cierto que la Junta de Andalucía notificó 781 fallecimientos con la enfermedad del COVID-19.
Los datos facilitados estos días por el Instituto Nacional de Estadística (INE) arrojan nuevos matices sobre el impacto de la pandemia, aunque sus propios dirigentes recuerdan que todavía es pronto para determinar las causas precisas que hay detrás de cada uno de los 14.711 fallecimientos del pasado ejercicio.
De hecho, subrayan que de un año a otro ha habido variaciones de más de 1.000 muertes en el histórico. Por este motivo, no cabe de momento matiz respecto a la fiabilidad de la cifra de 781 fallecidos con COVID-19 que ha emitido la Consejería de Salud y Familias. «Si son dos mil muertes más que el año anterior, habrá que analizar caso por caso qué circunstancias se han dado», relata un portavoz de la propia Junta.
Y en este sentido ya han recordado las mismas autoridades sanitarias que, entre otros aspectos, en plena primera ola y con los centros sanitarios saturados «tuvieron que suspenderse ciertas intervenciones o tratamientos».
Asimismo, distintos estudios científicos certifican que ganar la batalla al COVID-19 no impide tener que sufrir dolencias posteriores, como consecuencia de las secuelas de esta enfermedad. Desde infartos a daños irreversibles en los pulmones, no sólo hay víctimas directas del virus detrás de esos cálculos aún iniciales.
Aunque en el cómputo general, 2020 haya registrado un 15,5% más de fallecimientos, como se reseñaba al principio, el INE también ha elaborado excepcionalmente balances semanales sobre mortalidad para cada provincia. En Málaga, ha habido tres importantes repuntes en el número de fallecimientos. Allá por el 23 de marzo, en plena primera ola, la mortalidad semanal se situó en 366 casos, frente a los 275 del año anterior (subida del 33%). Y también aumentó en ese mismo porcentaje en el pico de la segunda ola, el 2 de noviembre, al pasar de 235 a 313 el número total de fallecimientos.
Otra semana en la que el distanciamiento entre las curvas semanales de 2019 y 2020 fue importante nos lleva al 5 de octubre. En esos días se sumaron los mismos 313 muertos de la primera semana de noviembre. Pero en el año anterior el cómputo semanal se elevó a 265, de forma que porcentualmente este repunte fue inferior a los otros dos, en concreto del 18%, también superior a la media de todo el año.
Detrás de los tres peores datos de mortalidad para la provincia en toda la serie histórica que arranca en 1930, con esos registros ya reseñados de 16.592 (1937), 15.602 (1941) y 14.711 (2020), el cuarto dato más elevado nos lleva a 2018, cuando las víctimas mortales ascendieron a 13.323.
Otros seis ejercicios de esta pasada década superaron también los 12.000 óbitos: 12.025 (2012), 12.227 (2014), 12.996 (2015), 12.547 (2016), 12.7008 (2017) y 12.737 (2019). Casi toda la primera década de este siglo se movió entre los 11.000 y 12.000 y a razón de mil por década fueron igualmente los incrementos desde los años sesenta.
En este sentido, la serie en la mediación de cada década se mueve de la siguiente manera: 6.758 fallecidos en 1965, 7.747 diez años más tarde, 8.397 en 1985, 9.851 hace ahora cuarto de siglo, 11.542 en 2005 y los ya reseñados prácticamente 13.000 de 2015.
