El paisaje subterráneo que esconde la gruta reserva para el final la parte más monumental, la Sala Cataclismo, con una de las estalactitas más grandes que se conocen, con cerca de 33 metros de altura.
La cueva de Nerja, descubierta por casualidad hace menos de 60 años, es una atracción turística que contrasta con la conocida del sol y playa.
Sin embargo, a pesqar de que sólo puede visitarse un tercio de su recorrido, el público se queda boquiabierto por las enormes dimensiones de un paisaje de piedara, que continúa siendo moldeado por el agua a través de los siglos.