Vecinos y visitantes tuvieron la oportunidad de revivir en el entorno de El Faro esta celebración tradicional de los cortijos torroxeños.
Un millar de personas 
se dieron cita este jueves en el recinto de El Faro de Torrox Costa para disfrutar la Fiesta de la Candelaria. El alcalde, Óscar Medina, resaltaba la importancia de haber realizado esta recreación en este entorno, en el corazón del municipio, la antigua ciudad romana de Claviclum, acercándolo también a los turistas y visitantes, para que conozcan una de las tradiciones que se siguen manteniendo en muchos de los cortijos del municipio.
Una noche en la que gracias a la organización de los miembros del Centro de Participación Activa, la Asociación de Mujeres Almedina, Asociación de Mujeres San Roque y la Peña Flamenca la Bodega, salían a relucir los cantes tradicionales y el trueque para poder obtener los productos típicos que se comían en esta celebración.
Una fiesta con la que se daba las gracias a finales de verano por la buena cosecha que se había tenido, haciéndola coincidir con las vísperas del Día la Virgen de la Victoria, reservándose las gavillas de sarmiento para hacer una buena lumbre, presumiendo así los cortijeros de la llama más grande, tal y como recordaba Gloria Martín, representante de la asociación Peña Flamenca La Bodega.
Un momento 
especial para cantar y bailar, en la que la gastronomía también era protagonista. Los vecinos se reunían en los cortijos, aportando diferentes productos, algunos obtenidos mediante el trueque. Los escombros de las pasas (la parte más menuda del racimo) se guardaba para cambiarlo por avellanas y garbanzos, que se comían tostados, además de gachas, acompañado por una copita de anís, tal y como han podido degustar los asistentes este jueves al recinto de El Faro.
El Ayuntamiento de Torrox, a través de las concejalías de Cultura, Tradiciones Populares, Ferias y Fiestas, ha puesto a disposición toda la infraestructura y logística necesaria para que los colectivos que han participado pudieran recrear un año más esta celebración con la que se persigue mantener viva esta tradición entre las nuevas generaciones de torroxeños.
