Los robots no pueden pasar de los 78 metros de profundidad donde se ha encontrado una bolsa de chuches que llevaba el pequeño
El operativo de rescate que intenta sin descanso desde ayer al mediodía rescatar al pequeño Yulen, de poco más de dos años, de un agujero de tan solo 25 centímetros de diámetro y 110 de profundidad en la Sierra de Totalán, cree que se podría haber producido un desprendimiento de tierra en el interior a 78 metros de la superficie. Ello dificulta enormemente las tareas de rescate, ya que impide a las cámaras poder determinar la cota exacta donde se encuentra y así poder realizar una prospección paralela.
La compañía de desatoros Pepe Núñez ha dispuesto un robot que ha realizado varias incursiones pero que siempre se topa con un fondo de arena húmeda que no consigue pasar de los 78 metros, por lo que se presume que se habría producido un movimiento de tierra en el interior de la gruta.
En una de esas incursiones del robot, mientras descendía, se cruzó en la gruta con una bolsa de chucherías que caía por la misma. Todo apunta a que las golosinas se habían quedado enganchadas en una pared del pozo, cuando el niño se precipitó dentro, y que el propio cable del robot las movió y las hizo caer. En la siguiente inmersión, la cámara confirmó la presencia de la bolsa de chucherías en el fondo de arena, a 78 metros, informa Diario Sur.
El dispositivo de rescate, en el que participan más de 100 personas, se ha mantenido activo durante toda la noche y se especulaba en cómo realizar una prospección paralela, o en diagonal, si conocer la cota en la que está el niño o en cómo mover ese fondo de arena húmeda que impide el paso de la cámara a partir de los 78 metros.
