Las llaves se habían quedado encajadas en el portón del maletero y la madre no conseguía recuperarlas, informa Diario Sur.
Un grupo de personas haciendo gestos para que se acercasen y una madre desesperada. Es lo que vieron dos policías nacionales que circulaban en funciones de seguridad ciudadana por el paseo marítimo de los Álamos, en Torremolinos. El motivo del alboroto era que un bebé de tres meses se había quedado encerrado en el interior de un coche, a pleno sol y en las horas de más calor del día.
Los hechos se produjeron semanas atrás –no habían trascendido hasta ahora– en una de las zonas de aparcamiento de los Álamos. La madre contó a los policías, en un creciente estado de nerviosismo, que había sentado al bebé en su sillita y que se le había encajado la llave del vehículo en el portón del maletero cuando lo cerró tras guardar varios objetos. Había estado intentando recuperarla, al igual que varias personas que presenciaron lo ocurrido, pero le fue imposible. Los policías trataron de forzar el mecanismo, sin éxito.
A través de la emisora solicitaron el apoyo de los bomberos para que procedieran a la apertura forzada del vehículo, pero hacía mucho calor y el tiempo jugaba en su contra, así que decidieron actuar. Utilizando el martillo rompelunas de la dotación policial, los efectivos –a petición de la madre– fracturaron el cristal de la ventanilla derecha del coche (la más alejada del bebé).
La intención de los agentes era abrir la puerta a través del hueco de la luna, pero la cerradura permanecía cerrada pese a ser accionada desde el interior, por lo que uno de ellos tuvo que introducirse en el coche asistido por su compañero, evitando los restos de cristales que se habían esparcido por el asiento del copiloto. Este agente sacó al bebé de su sillita y, poniendo una toalla de playa sobre la zona en la que había más posibilidad de que quedasen cristales, se lo dio al compañero a través de la ventanilla y este a la madre, poniendo fin a unos largos minutos de angustia.
Este servicio humanitario y su final feliz fue presenciado, además de por la madre, por un numeroso grupo de curioso que felicitaron a los agentes por su actuación.
