Muere un hombre tras caer a una zanja y su mujer pasa nueve horas al lado inconsciente en Nerja

Caminaba de regreso a casa junto a su esposa, quien también cayó al agujero, hasta que se despertó y llamó a emergencias.

Desgraciado y, a la vez, sorprendente suceso el ocurrido el pasado 6 de marzo en Nerja. Un vecino de 74 años, de nacionalidad británica, murió tras caerse a una zanja de unos dos metros de profundidad cuando caminaba de regreso a casa junto a su esposa, quien también cayó al agujero, donde permaneció inconsciente nueve horas, hasta que se despertó y llamó a las emergencias.



El accidente tuvo lugar en la urbanización San Juan de Capistrano, situada al norte del casco urbano nerjeño, un complejo residencial con más de 500 viviendas, construido en los años setenta del pasado siglo y en el que viven, fundamentalmente, residentes de origen extranjero, sobre todo, británicos. En concreto, el desgraciado percance se produjo en un sendero peatonal que conecta las zonas de San Francisco y Vía Real. Según ha podido saber SUR, el matrimonio vivía en una casa de este primer complejo desde hacía más de una década y usaba habitualmente este sendero para acortar camino después de bajarse del autobús que los llevaba al centro del pueblo casi a diario.

Aquella tarde entraron en un bar situado justo al lado de la parada del autobús, pidieron una copa de vino, una jarra de cerveza y una pizza para llevar. La caída se produjo sobre las 21.00 horas. Sin embargo, no fue hasta pasadas las 6.00 horas de la madrugada cuando la esposa, que también se precipitó al agujero, quedando inconsciente, telefoneó a emergencias al despertarse.

La autopsia del varón determinó que la muerte se produjo por un fuerte traumatismo craneoencefálico provocado por el impacto con una piedra que había en la zanja. Según explicó uno de los conserjes que trabaja en la urbanización, este agujero se produjo tras una riada en 2007. «La comunidad ha pedido permiso para arreglarlo con un puente, pero no se lo dan en la Cuenca Mediterránea», explicó. Por el momento, el Ayuntamiento ha instalado unas vallas de seguridad para evitar que los vecinos sigan pasando por esta zona, que es privada al estar dentro de la urbanización.




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