La coalición de izquierdas ha registrado una propuesta, para su debate durante el pleno de este mes, donde defienden la conservación de estos árboles «no sólo porque proporcionen sombra a los viandantes de esta céntrica plaza, sino porque cuentan con una especial protección en el Plan General de Ordenación Urbana»
Los concejales del grupo municipal de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Vélez-Málaga, Miguel Ángel Sánchez y Alicia Pérez Gallardo, han registrado una propuesta en defensa de los magnolios que proporcionan sombra a los viandantes en la plaza de Las Carmelitas, y que podrían tener los días contados como consecuencia del proyecto de peatonalización que el equipo de gobierno ha previsto para el centro veleño, aún tratándose de una especie que cuenta con «protección especial” en el propio Plan General de Ordenación Urbana del municipio.
Según ha recordado el portavoz de esta formación, Miguel Ángel Sánchez, «una de las primeras críticas que suscitó el proyecto de peatonalización del centro de Vélez-Málaga fue la falta de zonas de sombra. Y aunque bien es cierto que el propio arquitecto -durante la presentación del proyecto a la prensa- planteó que se resolvería ‘con la instalación de unos toldos durante la época estival’. Sin embargo, resulta a todas luces incomprensible que un proyecto de esta envergadura, sin entrar en otras previsiones, no haya contemplado o previsto tampoco la necesidad de mantener, mejorar y defender los árboles que actualmente existen en la plaza del Ayuntamiento».
Sánchez ha explicado que «la Magnolia grandiflora, que es su nombre científico, no sólo es uno de los árboles más hermosos que se pueden tener en un espacio público, gracias a sus flores grandes y perfumadas, sino que además es un árbol perennifolio de muy lento crecimiento que se ha adaptado perfectamente al entorno y puede alcanzar entre 30 y 35 metros de altura».
«Pero es que además, junto al porte que hayan podido alcanzar ya estos árboles en la Plaza de Las Carmelitas o la sombra que ofrezcan actualmente a los viandantes, estamos también ante una especie protegida, con carácter general, por el artículo 98 del Plan General de Ordenación Urbana de Vélez-Málaga, en cuyo apartado 3 dice que “en desarrollo de este Plan General el Ayuntamiento elaborará un catálogo individualizado de árboles protegidos, que habrán de ser periódicamente actualizados. Dicha protección habrá de suponer la prohibición de realizar ninguna mutilación ni en su copa ni en su sistema radicular sin previo informe de los técnicos competentes municipales. Pero es más, con carácter general, el propio PGOU ya establece que serán objeto de especial protección arbórea una serie de especies, donde se incluye el género Magnolia. En relación a ésto, el apartado 6 del artículo 98 del PGOU también recoge literalmente que “los Planes Parciales, los Planes de Sectorización, Planes Especiales, Estudios de Detalle y demás instrumentos que en desarrollo de este Plan General se formulen habrán de contener previsiones concretas en torno al mantenimiento, mejora y defensa de las masas arbóreas que existan en los correspondientes sectores y/o áreas de ejecución”, sostiene el portavoz de IU.
«Por tanto, creemos, y así lo hemos recogido en nuestra iniciativa, que lo que procede es dar cumplimiento al PGOU de Vélez-Málaga en cuanto a la especial protección de estos árboles y lejos de plantear la retirada de los ejemplares que actualmente existen, lo que se debiera incluir en el proyecto de peatonalización es la mejora y defensa de esta masa arbórea, plantando incluso algunos ejemplares más. Pues, a buen seguro, darían una imagen mucho más uniforme a la plaza, supliendo la escasez de zonas de sombra y aportando una mejor solución que la propuesta de maceteros y palmeras, que tan poco resultado viene dado en otras ciudades», concluyó.
Racionalidad económica y ecológica. Izquierda Unida también ha fundamentado sus propuestas en un reciente estudio de la Universidad Estatal de Nueva York, que muestra la racionalidad económica de plantar árboles en las ciudades, argumentando que por cada euro invertido se genera un retorno anual de 2,25 euros en ahorro de agua, energía y contaminación del aire.
