España espera recibir las primeras dosis de la vacuna contra la COVID de Moderna en los próximos 7 o 10 días

A pesar de los retrasos en el ritmo de vacunación, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, mantiene que el objetivo del Gobierno es que haya en junio entre 15 y 20 millones de personas inmunizadas contra el virus.

La llegada a España de dosis de vacuna contra la COVID sigue aumentando mientras el ritmo de vacunación sigue mermado y sin alcanzar la «velocidad de crucero» que el ministro de Sanidad ha esperado que vayan logrando una vez terminadas las Navidades. Salvador Illa ha anunciado este jueves que, tras su autorización por la Comisión Europea, Moderna enviará 600.000 dosis de vacuna a España a lo largo de las próximas seis semanas. Sanidad espera recibir las primeras dentro de 7 o 10 días, por lo que se sumarán a la remesa semanal de 350.000 dosis de Pfizer, en un momento en que, según Illa, la tasa media de vacunación es del 18% sobre lo previsto, con grandes diferencias entre comunidades autónomas.



Como informa el diario 20 Minutos, el ministro ha explicado que las vacunas de Moderna llegarán a un «almacén central», desde el que serán distribuidas por Sanidad de forma «proporcional»  y «equitativa» a las comunidades autónomas. Ha augurado una logística «un poco menos compleja», dado que los viales deben conservarse a una temperatura de menos 20 grados y no de menos 70 como la de Pfizer.

Como esta vacuna que ya se suministra desde el 27 de diciembre, la de Moderna también requiere una dosis doble y la inmunidad solo se alcanza ocho días después de recibirla. En este sentido, el ministro ha descartado retrasar este segundo pinchazo, como está estudiando hacer Reino Unido. «Vamos a seguir las recomendaciones del fabricante y las fichas técnicas de la Agencia Europea del Medicamento, no somos partidarios de retrasar la segunda dosis», ha dicho Illa, que ha recordado en referencia a la de Pfizer que entre la primera y segunda dosis deben mediar un «mínimo de 15 días», que puede estirarse hasta los 22, 23 o 24 días, y que la inmunidad no se adquiere hasta ocho días después.

Illa no ha desvelado cuántas llegarán en la primera remesa, pero si el suministro es a razón de 100.000 dosis semanales, estas se unirán a las 350.000 dosis de Pfizer que llegarán el lunes que viene y otras 350.000 el siguiente. En total, 850.000 vacunas en el plazo de los 7 a 10 días que calcula Sanidad para tener las primeras dosis de Moderna, en un momento en el que el ritmo de vacunación no ha despegado todavía, con grandes desigualdades autonómicas, entre comunidades que han alcanzado más del 50% de inmunización o incluso el 100% en el caso de Asturias y otras que no llegan al 10%, como la Comunidad de Madrid o Cantabria.

Según ha dicho Illa, hasta el momento se ha suministrado la primera dosis de la vacuna a 139.339 personas, «algo más del 18% de vacunas», un ritmo que ha esperado que vaya aumentando progresivamente y sobre el que Illa ha descartado que el Gobierno central vaya a tomar medidas extraordinarias para ayudar a las comunidades más rezagadas.

A pesar de los retrasos que se están evidenciando en las primeras semanas de vacunación, Illa ha mantenido que el objetivo del Gobierno es que en junio haya entre 15 y 20 millones de personas inmunizadas contra la COVID, que alcanzará al 70% de la población en verano. «Vamos a ir consiguiendo la velocidad de crucero» ha dicho, a pesar de que la Asociación Española de Vacunología no cree que pueda alcanzarse este porcentaje hasta final de 2021.

«El plan de vacunación está avanzando, vamos a adquirir velocidad de crucero en las distintas comunidades e iremos dando información diaria de cómo va este proceso de vacunación», ha dicho Illa, que ha rechazado «ratios ni carreras» entre las comunidades pero sí ha indicado que «todo el mundo tiene que administrar todas las dosis de vacuna lo más rápido posible». Frente a la privatización del proceso que se ha empezado a desplegar en comunidades como Madrid, se ha mostrado «seguro y convencido» de que la Sanidad pública «tiene recursos suficientes para poder administrar las dosis de vacunas que vamos recibiendo».

Illa ha confiado en el plan que las distintas comunidades han preparado dese hace meses para la vacunación y ha lamentado el caso revelado por eldiario.es en una residencia madrileña donde se inoculó a familiares de trabajadores, a los que no tocaba todavía vacunarse.

Illa ha recalcado que la vacunación comporta «solidaridad» y que «todos hagamos lo que dicen los expertos y dejemos que se vacunen antes las personas que lo expertos han considerado que sean vacunadas con prioridad». Ha pedido «atenernos a esto y no querer tomar atajos a este sentido».

Illa ha comparecido este lunes en rueda de prensa desde la delegación del Gobierno en Barcelona, donde ha insistido en rechazar el confinamiento domiciliario que ya piden comunidades como Castilla y León y también en dejar ya su cargo de ministro como le exige la oposición después de haber sido designado candidato del PSC en las elecciones catalanas, previstas para el 14 de febrero.

Sobre el confinamiento duro, ha recalcado que «no es una medida que se contemple en estos momentos» y Sanidad solo apoyará otras como el toque de queda nocturno o las restricciones de movimiento entre municipios.

Sobre su doble papel de ministro y candidato, ha reiterado que va a «estar hasta el último minuto» como titular de Sanidad, una competencia que dejará «cuando empiece la campaña».




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