Los huesos, que han sido localizados en el campo, están siendo examinados por forenses y por biólogos de la Guardia Civil, que les harán pruebas de ADN.
La Guardia Civil investiga el hallazgo de nuevos restos óseos en la misma zona de Arenas donde se trata de localizar el cuerpo sin vida de Dana Leonte, aunque a cierta distancia del lugar donde hace dos semanas se encontró un fémur que, como confirmaron las pruebas de ADN, pertenece a la joven rumana.
El hallazgo se produjo este martes durante la batida que se está realizando en la periferia del término municipal de Arenas en busca del cadáver de la víctima, según ha informado Diario SUR. Agentes de la Guardia Civil localizaron en una misma zona varios restos, concretamente varias vértebras y un hueso largo, demasiado para ser de una mujer de la estatura de Dana.
Los investigadores realizaron una inspección ocular en el lugar del hallazgo, tomaron fotos y retiraron esas piezas óseas siguiendo el protocolo para preservar pruebas. Tras ello, los remitieron al Instituto de Medicina Legal para que los forenses determinen si son humanos o de animales.
Fuentes cercanas al caso confirmaron al medio que se tiene la certeza de que alguna de esas piezas óseas corresponderían a la fauna de la zona, pero que otras parecen ser de origen humano. A estas últimas se les han tomado muestras que se han remitido con carácter urgente al Servicio de Criminalística de la Guardia Civil para someterlas a un estudio genético, a fin de comprobar si pertenecen a Dana Leonte.
Aunque el hallazgo se ha producido durante la batida que se mantiene sin descanso en la montaña de Arenas, la zona donde han aparecido estos restos dista del lugar donde un perro encontró el pasado día 21 el fémur que convirtió la desaparición de Dana en un posible homicidio, por el que se encuentra en prisión provisional el novio de Dana, Sergio Ruiz. El propietario del can lo metió en un saco para evitar que el animal se lo llevara y lo entregó a la Guardia Civil, que confirmó mediante pruebas de ADN que coincidía con el perfil genético de los familiares de Dana y con el pelo que se halló «incrustrado» en un palo de madera –para la jueza, el posible arma homicida– en el registro del domicilio de ambos.
A partir de ahí, la dificultad de la búsqueda ha radicado en que los investigadores no saben dónde encontró el perro el fémur de Dana. Tomando como partida el lugar donde su dueño se percató de que el animal llevaba el hueso en la boca, un paraje situado a 5,7 kilómetros de la vivienda de la joven, los agentes trazaron cuadrantes que han ido peinando en grupos, alejándose cada vez más del punto inicial. Siguiendo ese patrón de búsqueda fue cómo el martes se localizaron esos nuevos restos óseos que ahora se analizan.
El Diario Sur recuerda que, en 2017, se halló en la misma zona un cráneo. Tras indagar en las bases de datos de desaparecidos, los agentes de la Benemérita comprobaron que se trataba de un hombre que se encontraba en paradero desconocido y que, al parecer, se desorientó en el campo. Curiosamente, fue el mismo perro que encontró el fémur de Dana el que también localizó el cráneo.
Aparte del despliegue de agentes, la Guardia Civil también ha utilizado drones –el Ministerio del Interior ha contratado unos dispositivos equipados con cámaras de infrarrojos– para peinar toda la periferia de Arenas bajo la convicción de que ahí se encuentra el cuerpo sin vida de Dana Leonte.
El hallazgo del cadáver es clave para confirmar la tesis de la investigación sobre la causa de la muerte, ya que la jueza sostiene, en base a las pruebas practicadas, que la pareja de la joven la golpeó presuntamente con un palo y luego ocultó su cuerpo.
