Dos goles de Alex Camacho y otro de Richard, tumban a un rival que había tenido controlado el partido hasta el minuto 66.
El Vélez sigue de dulce en el Vivar Téllez. Ha hecho de su casa, un palacio de fabricar goles, victorias y puntos. No necesito enamorar con su juego, para ganar a un Mensajero que comprobó en sus propias carnes como se las gasta el que es el segundo mejor equipo como local. Cuando el partido parecía atorado en el último cuarto del mismo, sin llegadas en ambas áreas, apareció Alex Camacho para hacer gol y ya todo fue “coser” y marcar.
Los veleños no querían acusar físicamente el esfuerzo copero, pero a pesar de ello no hubo grandes novedades en el once inicial, sólo la vuelta del central Coutihno, la del delantero Pablo y la rotación en la portería, ya que el titular, Miguel, sigue lesionado. La sanción de los dos laterales izquierdos, hizo que un central, Alex Portillo, jugase en esa posición. El viento fue mal aliado para fabricar fútbol, y el Vélez aunque dominaba, apenas tuvo llegadas peligrosas. Ambos equipos buscaron lanzamientos lejanos como los de Zamorano para el Vélez, y de Ruyman y Ale para los del Mensajero. El único remate a puerta fue para el local Pablo de cabeza, atajado cómodamente por Nauzeth.
En el segundo tiempo, nada cambiaba, y el Vélez le faltaba desborde, fútbol por banda y los canarios estaban cómodos atrás, y no eran muy ambiciosos. Fue clave la entrada de Nacho en el Vélez, ya que da la asistencia del 1-0 a Alex Camacho, que había hecho una pared con Gonzalo en el costado derecho. Camacho supo definir bien, cruzando el balón. Era le minuto 66, y la primera aparición peligrosa en el área rival. Los blancos, espoleados por su bulliciosa animación, cargaron las pilas físicamente, supieron controlar el partido y Camacho iba a ser bigoleador al rematar desde fuera del área, un balón rechazado en una falta lateral, que fue raso y pegado al poste derecho de Nauzeth. Quedaban 10 minutos, y el Vivar Téllez volvía a ser una fiesta rematada con el gol de Richard de cabeza a pase de Zamorano. Jugador apenas utilizado, y que se unió al festival goleador.
El conjunto de La Palma fue despedido con una gran ovación por la afición veleña, a gritos de “Mensajero, Mensajero”, para darles ánimo en su lucha contra el volcán.
Foto: María Jesús Mesa.
