También busca intervenir en la ermita de San Sebastián y en 500 metros de la muralla árabe.
El Ayuntamiento de Vélez-Málaga ultima la presentación de un proyecto para conseguir tres millones de euros de fondos europeos Next Generation destinados a poner en valor tanto La Fortaleza y su entorno como unos 500 metros de la muralla árabe que se conserva en el casco histórico. De igual modo, el Consistorio veleño quiere intervenir en la recuperación de la ermita de San Sebastián, cuya titularidad logró recientemente. La iniciativa, con el nombre de ‘La Madina de Balich’ prevé obras de mejora, excavaciones arqueológicas, recrecido de muros y la adecuación de la alcazaba. Todo para lograr un conjunto tanto más visible como más visitable.
Según ha avanzado Eugenio Cabezas en Diario Sur, «la documentación que está preparando el equipo de gobierno bipartito, de PSOE y GIPMTM, pretende intervenir en la antigua ermita de San Sebastián, levantada en honor al soldado que salvó la vida de Fernando El Católico en 1487, realizando las catas arqueológicas para su rehabilitación integral, lo que permitiría su reconversión en un centro de interpretación y de recepción de visitantes del barrio histórico de La Villa». Además, según fuentes municipales, «el proyecto pretende intervenir en las captaciones de agua del Algarrobillo para su puesta en valor y para permitir la accesibilidad a los visitantes».
Por otro lado, las actuaciones en las murallas «se centrarían en el paño que iniciándose en la emblemática calle Las Tiendas, a la altura del hogar del pensionista, acabaría a los pies de La Alcazaba, por la zona del arroyo de San Francisco». Respecto a la intervención en el antiguo castillo musulmán, los trabajos que se plantean consisten «en el cerramiento perimetral de todo el recinto, de 630 metros lineales, para garantizar la seguridad, limpieza y conservación del monumento, declarado Bien de Interés Cultural (BIC)».
Igualmente, el proyecto recoge «el acondicionamiento de la explanada principal, de 1.200 metros cuadrados, mediante la mejora del pavimento, compactado, y la instalación de losas o adoquines de granito o caliza, así como la instalación de sistemas de evacuación de pluviales que protejan el entorno, y las excavaciones próximas, de la degradación natural». Del mismo modo, «incluye la adecuación de los diferentes miradores existentes, y la creación de otros nuevos«.
En caso de conseguir los fondos europeos, otro de los objetivos es «la recuperación y mejora de la accesibilidad en los aproximadamente 1.000 metros lineales de pasillos y pasarelas de acceso peatonal a las diferentes zonas del monumento musulmán, así como a las excavaciones arqueológicas». Otras actuaciones destacadas serían las encaminadas» a descubrir la muralla y contramuralla existentes en la zona norte, que se encuentra enterrada, tras lo que se valoraría el recrecimiento». En una situación similar se encuentra la muralla sureste, «sobre la que se va a actuar en breve con cargo a los fondos europeos Edusi».
Antiguos pozos árabes
El proyecto prevé también «la recuperación del antiguo aljibe y la tala y desbroce de árboles y arbustos, que o bien dañan el monumento, o dificultan la movilidad», así como «el diseño de un nuevo ajardinamiento de todo el recinto, más acorde a la realidad». Según han detallado fuentes municipales a Sur, «estamos estudiando la posibilidad de crear un graderío de aproximadamente 22×25 metros, en el talud entre la zona alta y la gran explanada principal, limitando a lo estrictamente necesario por cuestiones de seguridad, el empleo de hormigón, rodeando dicho graderío con cierta vegetación para integrarlo en esta área de jardín, para lo que, a efectos constructivos, se emplearían materiales acordes con los tradicionalmente utilizados en el BIC».
‘La Madina de Balich’ pretende aprovechar, si fuera autorizable,» el desnivel del graderío previsto, para la creación de una zona de interpretación audiovisual del recinto y recepción de visitantes, donde también se podrían instalar nuevos aseos». Del mismo modo, desde el Ayuntamiento apuestan por «mejorar la iluminación artística del monumento y la sustitución de los sistemas de vídeo vigilancia para evitar actos vandálicos».
La iniciativa plantea también «la adaptación de los aseos para minusválidos, y la creación de dos nuevos, así como la mejora integral del sistema de riego». Por último, «apuesta por la instalación de mobiliario urbano acorde al entorno y de alguna fuente de agua para los visitantes». Con respecto a la vegetación, «se introducirían retículas de naranjos y/o limoneros».
El proyecto contempla varios derribos que «permitirán que los arqueólogos dispongan de espacio para acometer la restauración de la cara interior del muro defensivo en el tramo cercano a la Puerta Real». En relación con el antiguo pozo del Algarrobillo, las fuentes municipales han destacado al diario su «importancia histórica», pues en Vélez-Málaga todavía se conserva «parte de la infraestructura de los musulmanes para abastecer a la población, obra que el Ayuntamiento quiere rescatar para hacerla visitable y convertirla en un centro de interpretación del agua en Al-Ándalus«.
La apuesta del Ayuntamiento, sigue Sur, «es revitalizar desde todos los ámbitos esta zona del casco histórico, utilizando para ello las galerías de captación de agua, desconocidas para la mayor parte de la población veleña, ya que dejaron de ser utilizadas en el siglo XVIII». Para abastecer de agua a la capital de la Axarquía en la época nazarí, que llegó a tener, a finales del siglo XV, más de 4.000 habitantes, «la ciudad tuvo que contar con un complejo sistema de aljibes, pozos, acequias y un laberinto de conductos, que permitieran un funcionamiento eficaz».
Testigos de «ese complejo sistema de abastecimiento implantado por los árabes son los pozos de San Sebastián y el Algarrobillo«. El primero, excavado en la pizarra, tiene una dimensiones bastante reducidas y su entrada es muy estrecha, «por lo que una vez limpiado sólo admitirá visitas restringidas«. El segundo, en cambio, «cuenta con dos túneles de 57,3 y 26,6 metros de longitud, respectivamente». Estas galerías subterráneas «tenían la finalidad de conducir el agua desde un pozo madre que la capta desde las capas freáticas hasta otros pozos o aljibes de ventilación situados a cierta distancia, desde los que el líquido elemento era conducido mediante tuberías de barro a otras zonas de la ciudad», puntualiza Sur.
