El procesado se aprovechó de la situación de la víctima para llevarla varias veces a una casa abandonada para cometer los hechos.
La Audiencia Provincial de Málaga ha condenado a siete años de cárcel a un hombre por abusar sexualmente de un menor con discapacidad intelectual.
Según publica Diario SUR, todo ocurrió en 2013 en un pueblo de la Axarquía, cuando la víctima tenía 14 años. El joven padece una discapacidad intelectual, en concreto, una minusvalía del 49 por ciento derivada de un retraso madurativo, lo que interfiere en su capacidad cognitiva y le limita para comprender actos de contenido sexual.
El procesado, un hombre de 54 años, se aprovechó de ello. Sin su consentimiento, llevó a la víctima hasta una casa que no estaba habitada y allí, en el patio exterior, abusó sexualmente de ella. No lo hizo solo una vez.
El propio menor explicó durante el juicio que no conocía al condenado y como contactó con él. Relató que un día el hombre le pidió que se acercara, sin saber para qué lo llamaba. Tras ello, indicó que le llevó hasta una casa abandonada y que esto pasó varias veces.
Una vez en la vivienda, la víctima contó los abusos. Entre otros aspectos, expuso que el procesado se bajaba los pantalones y también le bajaba los suyos, quedándose quieto, de pie. Entonces se producían los tocamientos y el resto de abusos sexuales a los que hace referencia la resolución judicial, a la que ha tenido acceso SUR.
Testimonio de la víctima
Mientras que el condenado negó haber cometido los hechos, los magistrados esgrimen en la sentencia numerosos argumentos que les llevan a condenar al hombre. Uno de ellos, es que dan total credibilidad al testimonio de la víctima.
Para ello, hacen referencia al informe presentado por una psicóloga, en el que se señala que la víctima tenía un comportamiento infantil, en el que no percibía la realidad ni las consecuencias de sus actos. Al respecto, aseguró que sus capacidades cognitivas estaban limitadas y que afectaban «muy gravemente» a los contenidos de carácter sexual.
Además, la psicóloga concluyó que el testimonio del menor era creíble, claro y fiable. En este sentido, señaló que reunía todos los requisitos de acuerdo con la metodología establecida y con su discapacidad, de modo que insistía en que el relato contado «es producto de la experiencia vivida».
Por todo ello, los magistrados de la Audiencia Provincial de Málaga aseguran que el procesado es culpable de un delito de abusos sexuales de carácter continuado. Así, además de la citada pena de prisión, se le impone la prohibición de comunicarse y acercarse a menos de 500 metros de la víctima durante diez años, y tendrá que indemnizar al menor con 5.000 euros.
