El artista Julio Anaya pinta en los muros de una casa rural abandonada una realista talla del Cristo del Amor por el centenario de la cofradía malagueña.
Una casa en ruinas de Vélez-Málaga esconde una obra de arte que pocos conocen. El artista malagueño Julio Anaya ha pintado un retrato conmovedoramente realista del Cristo del Amor de Málaga sobre uno de los muros que queda de la vivienda. Una iniciativa que se engloba en el centenario de la Cofradía del Amor y Caridad de la capital malagueña.
La obra artística se encuentra en una casa en ruinas entre el camino de Torrox y el de Algarrobo, en una zona rural rodeada de olivos. Julio Anaya, que conocía la ubicación, ha plasmado su pintura en la única zona de la vivienda que no se ha venido abajo y que se encuentra resguardada bajo un pequeño techado. Una ubicación accesible y oculta a la vez, ya que la imagen no es fácil de detectar a primera vista.
La pintura del Cristo del Amor se está convirtiendo en un pequeño altar y lugar de culto por parte de aquellos que conocen de su existencia, con estampas de diferentes cofradías y hermandades, y mensajes escritos en las piedras que descansan a los pies de la imagen.
La recreación de la talla barroca de Fernando Ortiz es una intervención artística inédita que tiende puentes entre el arte contemporáneo y el mundo cofrade. Julio Anaya aplica su técnica del trampantojo sobre materiales nada convencionales, en este caso el muro de una vivienda en ruinas.
El artista malagueño está acostumbrado a los retos artísticos poco cotidianos. A principios del mes de septiembre exhibió en Tokio una recreación del ‘Guernica’ de Picasso sobre 18 cartones. Un estilo que le ha dado proyección internacional.
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