Así lo contó en su momento el diario «La Vanguardia».
«Eta asesinó al concejal Miguel Ángel Blanco»
Ni el medio millón de personas congregadas ayer en Bilbao, en la mayor manifestación habida jamás en el País Vasco, ni el clamor popular mostrado por otro medio millón en las mil concentraciones en toda España, fueron suficientes para que los “lobos”, como les definió Manuel Fraga, no apretaran el gatillo. Cincuenta minutos después de que concluyera el ultimátum dado por ETA al Gobierno, la organización terrorista cumplía su amenaza descerrajando dos tiros en la cabeza del concejal del PP vasco Miguel Ángel Blanco. Los disparos, sin embargo, no lograron acabar con la vida del joven al instante. Trasladado a un hospital donostiarra, la agonía se prolongó hasta las 4,30 de la madrugada, cuando Miguel Ángel expiró. La ira social que produjo el desenlace del secuestro se tradujo en concentraciones espontáneas en muchas ciudades de Euskadi, en las que miles de manifestantes se dirigieron a las sedes de HB entre gritos de “asesinos” y “basta ya”. Esta es probablemente la principal consecuencia política de una jornada en la que el pueblo vasco parece haberle perdido el miedo a los voceros de ETA. La sede de HB en Ermua, la localidad natal de Miguel Angel y de la que era concejal, fue incendiada por la noche. Hubo enfrentamientos físicos entre manifestantes pacifistas y jóvenes proetarras en Bilbao y Vitoria y, en Pamplona, miles de mozos —con los sanfermines suspendidos en señal de duelo— lanzaban imprecaciones ante la sede batasuna. El grito más coreado fue el “Floren, tú eres el culpable”, en referencia a Aoiz, portavoz de la mesa nacional, que después de la liberación de Ortega Lara, advirtió que “tras la borrachera policial viene la resaca”.
