Aseguraron que quedaban tres minutos cuando sólo faltaba uno para la medianoche y anunciaron las campanadas antes.
Son las cosas del directo, una forma de salir por televisión especialmente arriesgada si estás presentando las campanadas, con el barullo de fondo y los nervios para hacerlo bien. Así es como narran hoy en 20 minutos lo que le pasó al presentador Roberto Herrera y a Ruth Lorenzo, responsables de la retransmisión de las Campanadas de Nochevieja de Canarias en La 1.
A pocos minutos de la media noche el presentador aseguraba que el reloj desde que se darían las campanadas «es único en el mundo, su carrillón dura tres minutos, no tiene cuartos».
La cantante insistía en que tras el carrillón «habrá una pausa y entonces empiezan a sonar las campanadas». A continuación, el presentador y ella comenzaron a contar la historia de las campanas, para rellenar esos supuestos tres minutos. «Estas campanas fueron robadas por piratas holandeses en 1599 y las recuperaron en 1600…», decía Ruth Lorenzo, cuando de repente fue interrumpida por Herrera: «¡Atención, atentos, campanadas!».
Pero no eran las campanadas, sino los últimos sonidos del carrillón. Al poco, cuando habían sonado tres cuartos, Ruth Lorenzo se daba cuenta del error y decía “espera, espera… ahora” cuando empezaban las campanadas reales.
El error hizo que muchas familias canarias se comieran hasta tres uvas antes de que comenzara la cuenta atrás real, que apareció sobreimpresionada en la pantalla.
