Además los heridos superan las setecientas personas y se encuentran trabajando contrarreloj a 14 grados bajo cero y más de 155.000 viviendas afectadas.
Este lunes, pasada la medianoche, un terremoto sacudió el noroeste de China, provocando al menos 127 muertos y setecientos heridos. Hay docenas de desaparecidos, mientras que 155.000 viviendas se han hundido o han sufridos desperfectos. Los equipos de rescate trabajan a contrarreloj, a catorce grados bajo cero, es también una carrera contra la muerte por congelación
El seísmo, de 6,2 grados de magnitud, ha dejado peor parado al distrito autónomo de Jishishan, con una población de un cuarto de millón de habitantes, dos tercios de los cuales pertenecen a minorías musulmanas, denominadas Hui, Bonan, Dongxiang y Salar.
Se trata del seísmo más mortífero en China desde el de 2010 en Yushu. El más fuerte registrado desde entonces, con 6,6 grados y un centenar de muertos, también tuvo lugar en Gansu.
La zona se encuentra en el nivel 2 de alerta, por lo que algunos centenares de soldados han sido movilizados, alcanzando el lugar de la catástrofe a las 4 de la mañana, para desbrozar las carreteras de obstáculos, entre otras labores. Asimismo, 2.440 bomberos han sido enviados como refuerzo, añadiéndose a los 1.600 de Gansu y alrededores.
