La Costa del Sol ofrece estos días imágenes tan impactantes como las solitarias calles. Las playas de Torremolinos, Fuengirola, Marbella, Nerja o la propia capital, Málaga muestran un vacío histórico. La arena es ahora ocupada por tranquilas gaviotas, palomas y cotorras juguetonas, habitantes que en cualquier otra primavera mirarían de reojo y cierta envidia a quienes disfrutaran de los primeros días de la temporada de baño. No hay drama: las playas nos esperarán para que las disfrutemos de nuevo. Y, mientras llega ese día, la Guía Repsol ha elaborado un listado de 7 playas del litoral malagueño a las que volver.
Las dos primeras, son de la comarca de la Axarquía:
La primera, la playa de Maro (Nerja), de la que dice que «tiene aguas color esmeralda, árboles tropicales, una cascada y una intensa vida submarina son características de una playa que parece sacada de otras latitudes. Pero pertenecen a las de Maro, un precioso pueblito blanco a las afueras de Nerja y que posee el litoral mejor conservado de toda la provincia de Málaga. Las calas que lo componen forman parte del Paraje Natural Acantilados de Maro-Cerro Gordo y, por eso, aún permanecen prácticamente intactas. Ofrecen rincones cada vez menos solitarios, pero están aún alejadas de la gran presión turística de buena parte de la Costa del Sol. Por eso, aunque quizás tras el confinamiento haya ganas de contacto personal, son un buen lugar para quienes sigan optando por la tranquilidad junto al mar».
La segunda está en Vélez-Málaga, la de Almayate. De ella afirma que, «la Costa del Sol oriental, esa que va desde Málaga capital hasta Nerja, ofrece una versión diferente a la occidental. Hay menos ladrillo y hormigón, menos masificación y más posibilidades de encontrar playas familiares, relajadas y con chiringuitos a precios locales. Uno de esos lugares es Almayate, pedanía de Vélez-Málaga donde las tierras de labor y huertas aún llegan prácticamente a tocar las aguas mediterráneas. Y donde hay restaurantes como ‘El Hornillero’, que sirven lo mismo jureles a la brasa que tortilla de guisantes bajo una enorme palapa. Hay sabores que no se olvidan por muchas semanas que pasemos en casa. El sabor rural, el original, es el principal atractivo de los más de tres kilómetros de playa donde hay zonas para todos los gustos: unas más tranquilas, otras más animadas y algún rincón naturista. Chiringuitos con frituras y pescados locales, ensaladas salpicadas de muchas de las frutas tropicales que se cultivan en la zona y un mar generalmente pausado nos hacen, sin duda, soñar con volver».
El resto de las playas son:
3. La Malagueta (Málaga)
4. Cabopino (Marbella)
5. Los Álamos (Torremolinos)
6. El Palo (Málaga)
7. Arroyo de las Cañas (Estepona)
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