Los grandes beneficios de acabar con el sedentarismo

 

Nunca es demasiado tarde para iniciar la actividad física, pudiendo realizarse a cualquier edad, siempre adaptado a la situación de cada persona.



Por Dr. José Alberto Rico Yáñez
FEA de Rehabilitación.
Area de Gestión Sanitaria Málaga-Axarquía

La esperanza de vida cada vez es mayor, y queremos y debemos seguir manteniéndonos activos la mayor parte de nuestro tiempo. El sedentarismo del modo de vida actual es un importante factor de riesgo para múltiples enfermedades crónicas: cardiovasculares, hipertensión, diabetes, dolor de espalda, osteoporosis, depresión, etc.

Conforme cumplimos los 40 años, progresivamente se pierde masa muscular y fuerza, que se sustituye por grasa. Al envejecer, se pierde densidad ósea, aumenta la rigidez de cartílagos, tendones y ligamentos, con disminución de la movilidad articular, la agilidad, y la coordinación, y un aumento de los trastornos del equilibrio. Para seguir manteniéndonos activos, y mantenernos en nuestro peso, se debe realizar un programa de entrenamiento que compense esta pérdida de músculo, aumento de grasa y deterioro del aparato locomotor.

El ejercicio físico no sólo mejora la capacidad muscular y del aparato locomotor, sino que tiene múltiples beneficios en el paciente adulto:

-Disminuye los factores de riesgo cardiovascular, mejora la circulación, la capacidad cardiorrespiratoria, disminuye la tensión arterial, los niveles de colesterol, la glucemia, la grasa corporal, para prevención y tratamiento de enfermedades coronarias.

-Previene el dolor de espalda. En las personas que realizan ejercicio de forma adecuada estos episodios de dolor son menos frecuentes, y de menor intensidad y duración.

-Mejora el estado anímico, teniendo un efecto beneficioso sobre la ansiedad, y depresión, ayudando a conciliar el sueño, y contribuyendo a la salud mental y a la interacción social del adulto mayor con su entorno. El bienestar psicológico está asociado a la práctica regular de ejercicio físico, independientemente del tipo de ejercicio practicado.

-En la mujer, además, previene la aparición de flebitis, disminuye la frecuencia de disfunciones del suelo pélvico, utilizándose algunos ejercicios específicos para el tratamiento de la incontinencia. En la menopausia el ejercicio mejora la calcificación ósea reduciendo la aparición de osteoporosis y el riesgo de fracturas.

El ejercicio mejora la calidad, esperanza de vida y capacidad física, conlleva un aumento de la esperanza de vida de hasta 3 años en mayores de 85 años.

Realizar ejercicios suaves, aeróbicos, que engloben varios grupos musculares, a una intensidad moderada y adecuada para cada persona, en la que se sea capaz de mantener una conversación, al menos 30 minutos, de 3 a 5 veces por semana. Se recomienda supervisión por un profesional. Por ejemplo: Caminar, nadar, aerobic acuático, bicicleta, baile. Si no se está acostumbrado a realizar ejercicio se debería comenzar con actividades suaves, que mejoren la flexibilidad y el equilibrio como el taichí.

Personas con enfermedades cardiovasculares, respiratorias o diabetes, deben consultar al médico antes de comenzar a realizar ejercicio por primera vez o tras un periodo de inactividad.

Nunca es demasiado tarde para iniciar la actividad física, pudiendo realizarse a cualquier edad, siempre adaptado a la situación de cada persona. Animo a todo el mundo a realizarla y, si se realiza de forma adecuada, siempre va a resultar beneficioso.

 




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