Entrar al juzgado debiendo cinco o seis cifras y salir del mismo impoluto sin deber un solo euro. Como inicio de historia de una superproducción de Hollywood suena potente, pero nada más lejos de la realidad, esta es la cruda “película” por la que multitud de personas han tenido que pasar estos últimos meses al verse abrumados por sus deudas y, tras mucho meditarlo, darse cuenta de que no tenía ningún sentido mantener la agonía que generaba un presente sin futuro.
¿Qué hicieron entonces? Se lanzaron a buscar soluciones y muchos se toparon con la Ley de la Segunda Oportunidad como la única opción que les permitía pasar página. Bien porque su estado de insolvencia era tan crítico que no les daba opción alguna de salir adelante, o bien porque no tenía mucho sentido correr el riesgo de endeudarse aún más con el fin de tratar de salir del atolladero.
Y es que esta ley tiene por objetivo, según se recalca en las disposiciones generales del propio Real Decreto Ley donde viene enunciada, el 25/2015, “permitir lo que tan expresivamente describe su denominación”. Es decir, “que una persona física, a pesar de un fracaso económico empresarial o personal, tenga la posibilidad de encarrilar nuevamente su vida e incluso arriesgarse a nuevas iniciativas, sin tener que arrastrar indefinidamente una losa de deuda que nunca podrá satisfacer”.
Dentro de esa exposición de motivos se explica, además, que “muchas situaciones de insolvencia son debidas a factores que escapan del control del deudor de buena fe” y surgía la duda de si éticamente era razonable que el ordenamiento jurídico no ofreciera salidas a este tipo de deudores. Concretamente a aquellos que por una alteración totalmente sobrevenida e imprevista de sus circunstancias o de las que rodean al mercado en el que desarrollan su actividad, no pueden cumplir los compromisos contraídos. Una descripción que, a pesar de haber sido redactada en el año 2015, bien podría servir para describir una situación como la vivida en los últimos meses a raíz de la Covid-19.
Ayuda de muchas personas
A pesar de que esta ley no es muy conocida a nivel social, esto va poco a poco cambiando y cada vez son más las personas que se ponen en contacto con especialistas para tratar de solicitar información acerca de este mecanismo y poder así beneficiarse de sus posibilidades. El letrado Guillermo Pérez Gómez, fundador del despacho Larson & Co, es un gran conocedor de la Ley de la Segunda Oportunidad y ha ayudado a muchos solicitantes en la provincia de Málaga a dejar atrás sus deudas.
Él explica que esta ley “va a ayudar a muchísimas personas y cada vez a más porque es algo que se va conociendo poco a poco”. Pues no hay que olvidar que disponer de la posibilidad de cancelar todas tus deudas, siempre y cuando se reúnan una serie de requisitos es todo un privilegio. El procedimiento no es excesivamente complejo y se iniciará, explica Pérez Gómez, con “la solicitud del nombramiento de un mediador concursal ante notario”. A partir de ahí “se requerirá al solicitante una serie de documentación, con el objetivo de detallar al máximo las deudas con las que cuenta”.
Una vez superada la fase previa, se tendrá que celebrar un intento de acuerdo extrajudicial de pagos. En él, tanto el solicitante como su asesor presentarán un plan de pagos acorde al estado de insolvencia del deudor, con una quita importante (en torno al 70 %) del total de la deuda y con el objetivo, siempre que sea posible, de intentar llegar a un acuerdo con los acreedores. Esta situación suele ser especialmente interesante en el caso de que el solicitante desee retener alguno de sus bienes, como por ejemplo la vivienda familiar.
En el caso de que sea inviable asumir cualquier plan de pagos, la solución estaría en la fase judicial, donde se buscaría a través de una sentencia judicial la cancelación total de la deuda. No obstante, la esperada reforma de la Ley Concursal fijada para inicios de 2022 planea modificar esta hoja de ruta y simplificar aún mucho más el proceso para acortar los plazos y hacerlo más dinámico.
El especialista, con despacho en Vélez-Málaga y en Torre del Mar, anima a aquellos que están viviendo una situación delicada en lo económico a informarse y tratar de conocer si les interesa esta opción o no. “En muchas ocasiones, el desconocimiento de este tipo de herramientas legales hace que muchas personas queden endeudadas de por vida y con la Ley de la Segunda Oportunidad se les ofrece precisamente eso: una segunda oportunidad para empezar de cero y librarse de aquellas deudas que no les dejan dormir tranquilo por las noches”, concluye.
