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El Gobierno de China ha cerrado en las últimas semanas numerosos mercados ilegales de carne de animal salvaje a raíz de la crisis del COVID-19, virus de origen animal.
Además del cierre de mercados, el Gobierno ha endurecido la normativa para el consumo de carne animal, entre los que incluye a los perros «en pos del desarrollo de la civilización humana y el respeto de la ciudadanía hacia la protección de los animales, los perros han pasado de ser ganado tradicional a animales de compañía».
Se calcula que en China se consumen aproximadamente 10 millones de perros y 4 millones de gatos.