Lo peleó el Unicaja hasta el final, pero cayó eliminado de la Copa del Rey tras perder frente al Real Madrid por 89-84 en un choque que se decidió en el último minuto y medio con dos decisiones muy cuestionables de los árbitros con dos faltas no señaladas a Nedovic y Suárez, según DIARIO SUR. No ayudaron las excesivas pérdidas del conjunto cajista en la fase decisiva del choque, y a pesar de todo, llegó a los últimos 45 segundos sólo dos puntos por debajo. Suárez, con 17 puntos y 23 de valoración, fue el jugador más destacado del equipo malagueño.
Si la defensa fue lo que marcó la victoria del Unicaja ante el Real Madrid hace unas semanas en la Euroliga, esta vez el desarrollo del partido fue muy distinto. El equipo malagueño no pudo contener las múltiples alternativas de su rival, pero aguantó perfectamente el mano a mano anotador. El objetivo del Madrid desde el comienzo estaba claro: frenar a Nedovic. Hasta tres defensores se turnaron para poner toda clase de problemas a la estrella del Unicaja, que sólo anotó una canasta en seis intentos y después de siete minutos se fue al banquillo con sólo tres puntos. McCallum tapó el hueco anotador del serbio con buenas penetraciones (16-15, min. 6) y la entrada de Salin, que logró dos triples seguidos, ayudó a mantener el pulso. Sólo una canasta de Causeur sobre la bocina rompió la igualdad en los primeros diez minutos (26-23).
El Unicaja pasó por apuros en el comienzo del segundo cuarto, con un nuevo triple del escolta francés del Real Madrid y los primeros puntos de Randolph. Perdía por ocho puntos (31-23) cuando llegaron los mejores momentos del conjunto de Plaza. Con su rotación de banquillo cambió el partido dese la defensa, pero con un formidable acierto desde la línea de tres. Cinco triples seguidos, tres de ellos de Waczynski, permitieron un parcial de 3-20 para el 34-43. Pudo ampliar la ventaja, pero enlazó varias pérdidas que dieron aire al Madrid. Plaza recuperó a Tavares y la presencia del enorme pívot caboverdiano dificultaba mucho la circulación del balón. Los errores y la recuperación del Madrid frenaron al Unicaja, que encajó diez puntos seguidos y se fue perdiendo por un punto al vestuario (46-45).
Supo frenar el conjunto cajista el avance del Real Madrid con una buena puesta en escena tras el descanso. El Unicaja mostró equilibrio entre su juego interior y exterior. Triples de Salin y Díaz y canastas de Augustine y Brooks devolvieron el mando del partido al equipo malagueño (50-55). No importó que Nedovic y Augustine se tuvieran que sentar con tres personales o que Thompkins anotase más de la cuenta. El orden defensivo del Unicaja incomodó mucho al Madrid, que como es lógico lograba anotar gracias a la calidad de sus jugadores, aunque con muchas dificultades. La producción ofensiva del conjunto blanco se resintió y Plaza llevó el partido donde quería antes del cuarto decisivo (64-66).
El Unicaja se mantuvo firma y las dudas de su rival comenzaron a multiplicarse. El protagonismo de Shermadini aumentaba y a seis minutos de final el cuadro cajista ganaba 67-72. Pudo estirarse el Unicaja, pero falló demasiados tiros libres y cuando más perdido parecía el Madrid, le regaló dos balones clave. Del 70-77 se pasó al empate a 77 con tres minutos por jugar. El margen se había diluido y la calidad del Madrid comenzó a decantar el partido. Campazzo resultó determinante con sus penetraciones y sus asistencias. El Madrid ganaba 86-81 a falta de un minuto, aunque el Unicaja no dio un paso atrás. Un triple de Nedovic devolvió la esperanza, pero dos decisiones de los árbitros muy cuestionables arruinaron las opciones de victoria del Unicaja.
