No viven del deporte, pero invierten tantas horas como si así fuese. Hoy hablamos de esos «Traileros» de ultras extraordinarias, esas que posiblemente veían hace algún tiempo por la «tele», y que ahora ellos y ellas son protagonistas. Hoy traemos a nuestras historias deportivas, a varios atletas que han competido en la Ultra Gran Vuelta del Valle del Genal, formando parte de ella unos 700 atletas, en la serranía de Ronda. 
Hablamos de Felipe, Lola, Raúl, Salva, Abelardo, Miguel Ángel, Fali, Francisco y Joan. Todos tenían en mente, primero acabarla, que ya es un logro excelso, y después según la preparación y físico de cada cual, intentar mirar que tiempo invertían. Algunos repetían, otros debutaban, o lo hacían por primera vez en solitario, ya que este tipo de pruebas también se pueden hacer por equipos.
Nos hemos puesto en contacto con Raúl Gómez, «mangurrino» a, un ejemplo de constancia y entrega, ya que hace cuatro años escasos ni corría, «sólo hacía deporte en el gimnasio y ni plantearme este tipo de retos». El atleta de Benamargosa nos reconocía que «acaba uno con dolores y molestias en todas las partes del cuerpo, pero descansamos y al momento pensamos en otros retos, no se puede explicar». Raúl quiso acordarse de la familia que «son parte de nuestros objetivos y retos que nos planteamos, porque ellos sufren con nosotros, se desplazan, nos animan, van a los pueblos, se organizan con nosotros…».
Este pasado fin de semana enfilaban de nuevo otras de esas «locuras» que a base de tesón, muchas horas de entrenamiento y mucha psicología, logran conseguir acabarlas. Siempre con temor a las lesiones, en este caso Francisco Clavero, al igual que Raúl, de Balas Perdías, no pudo conseguir su objetivo, retirándose en el Kilómetro 70. Y claro se preguntarán pero ¿cuantos kms. eran?, pues más de los que a veces pensamos podemos superar. Se podía optar a 130 kilómetros o 100 millas, o sea 166 kilómetros. Esta última la hicieron, Joan Marc Falcó (Rincón Fertilidad Vélez), Fali Padilla (Axarlón) y Salvador Salvatierra (Trazacaminos).
El mejor tiempo y clasificación lo marcó el atleta del Rincón Fertilidad Vélez, Joan Marc Falcó, que en los 166 kilómetros hizo una media de 7.47 minutos el kilómetros, lo que le valió ser tercero en su categoría con un tiempo de 21 horas y 34 minutos y cuarto de la general. Padilla hizo un crono de 30 horas y 10 minutos (6º en su categoría), mientras Salvatierra 28 horas y 36 minutos (11º) de su categoría de veteranos. Alrededor de unos 400 deportistas formaron parte de la competición de 130 kilómetros y unos 300 en la 100 millas.
El resto de competidores se decidieron por los 130 kilómetros. Estos fueron sus tiempos: Abelardo Olmo, Rincón Fertilidad Vélez, (20.18.55), 16º de su categoría; Miguel Ángel Fernández (Club Ciclista Veleño) y Raúl Gómez (Balas Perdías), entraron juntos con un tiempo de 20.54.53 y Felipe Palomares (Rincón Fertilidad Vélez) 23.54.18, 37 de su categoría. También del club veleño, Lola Romero que marcó un crono de 26.28.03, (13 de su categoría).
Aqui recogemos del Facebook de Abelardo Olmo, como se sintió y como disfrutó del deporte, amistad, paisajes y toda la gente que rodea a este tipo de retos.
«Nunca podré agradecer tanto aprecio recibido y ánimos por los hogareños de esos bonitos pueblos rodeados de castaños, encinas, pinos etc. entre la flora más característica sin profundizar en la fauna ( de la cual he de reconocer que me llevé algún susto que otro en el silencio de la noche , mi frontal y yo ).
Afortunado de compartir tantas madrugadas y tantos anocheceres con mis compañeros en esta aventura Felipe Palomares Martin Rafael D. Padilla Ruiz Raul Gomez Calderón Francisco Clavero Alarcón de los cuales he aprendido a valorar más aún si cabe que lo importante es la amistad en este tipo de pruebas. Sin duda sin ellos estoy convencido que no lo hubiese conseguido. Mención especial a Jose Miguel Ruiz Galván que también me aportó su experiencia y conocimiento en este tipo de pruebas.
Por último y como le comenté al gran CHITO en mi entrada dedicar esta hazaña a mi mujer Vanessa Fernandez que me acompañó con otra gran parte de mi familia , esa que tanto admiro “ los palomares” que fueron de un pueblo a otro preocupándose de estar allí para cuando nosotros llegásemos a esas sinuosas 15 subidas a la entrada de cada uno de ellos.
En fin… aún con las ampollas en los pies, rozaduras, tendinitis , agujetas y reponiendo fuerzas y volviendo al organismo a su nivel óptimo no salgo de mi asombro por ser lo que soy. Un afortunado por poder hacer cosas como esta . Gracias…»
