«Me pueden atracar más tarde», le hicieron caso unos jóvenes, y acabaron detenidos

Posiblemente, sea el robo más surrealista de todos los tiempos. Como cada día, Didier, un belga afincado en Montignies-sur-Sambre, localidad situada en la región de Charleroi (Bélgica), abría su tienda de cigarrillos electrónicos el pasado sábado, un nuevo concepto de estanco en versión moderna. Después de una mañana relativamente tranquila, un grupo de seis personas accedieron a la tienda alrededor de la 15:00 horas de la tarde.

Los hombres se levantaron sus camisetas y le mostraron al dependiente las armas que llevaban encima, demostrándole que no habían entrado al local precisamente a comprar, querían llevarse la caja. Y entonces ocurrió lo que nadie esperaba: el gerente habló con ellos, y les advirtió de que no era el mejor momento para atracarle. Les dijo que, si pasaban más tarde, tendría toda la recaudación del día. Y sorprendentemente, los ladrones accedieron y quedaron en volver después a robarle.



«Les dije que no era el mejor momento para robar en una tienda y que lo mejor era que regresaran a las seis y media, cuando habría más dinero». En cuanto se fueron, lógicamente, Didier llamó a la policía, que no se podía creer lo que les estaba explicando. Dos agentes fueron al estanco y se escondieron en la transtienda para atrapar a los ladrones. Pero todavía hay más.

Los atracadores vuelven al establecimiento

Sobre las 17.30 horas, los atracadores volvieron al establecimiento… una hora antes de lo acordado. Y la policía, todavía no había llegado. Una vez allí, Didier les aconsejó que se compraran un reloj, porque todavía no eran las 18.30, hora a la que les había citado para robarle. El grupo de cacos abandonó una vez más la tienda de cigarrillos, y se fue a tomar algo, para hacer tiempo.

Y a la tercera, sí fue la vencida. El grupo de los ladrones volvió a la hora indicada para la cita. Y entonces dos policías, como puede verse en las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad, salieron del cuartito y les detuvieron a punta de pistola. Digno de una historieta de Mortadelo & Filemón.

 



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Paseo Marítimo del Carmen, 129, Rinón de la Victoria

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