La población mayor de 50 años crece en el 81% de los municipios malagueños en una década

Málaga envejece a pasos agigantados, según MALAGA HOY. No es un fenómeno singular ni extraño respecto al resto de España y Europa, pero resulta llamativo y abre numerosas incertidumbres e incluso nuevas oportunidades de negocio cuando se analizan los datos oficiales del Padrón. Hay dos hechos claros.

El primero es que el 81% de los municipios de la provincia tienen ahora más población mayor de 50 años que hace una década y el segundo, que casi es peor, es que el 66% de las localidades han visto mermada su población menor de 14 años entre 2007 y 2017. Dicho de otra forma, hay más viejos y menos niños que hace diez años y las perspectivas son que esta tendencia se endurezca en los próximos lustros porque el índice de natalidad es cada vez menor y la calidad de vida mayor. A eso hay que añadirle que la Costa del Sol es un refugio para miles de jubilados extranjeros que adquieren viviendas para residir durante sus últimos años de vida y que aumentarán estas estadísticas siempre que se empadronen, una práctica que no es tan habitual como debería entre las colonias extranjeras.



En el primer caso, los mayores de 50 años, el aumento ha sido generalizado en la provincia hasta el punto de que solo había, a 1 de enero de 2017, 19 localidades en las que se contabilizaban menos personas empadronadas en esta franja de edad que hace una década, según el Padrón Municipal de Habitantes publicado por el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía. Esos 19 municipios son Alfarnate, Algatocín, Almogía, Alpandeire, Benadalid, Canillas de Albaida, Cuevas del Becerro, Faraján, Gaucín, Genalguacil, Guaro, Igualeja, Jimera de Líbar, Jubrique, Parauta, Pujerra, Salares, Torrox y Valle de Abdalajís.

Como puede apreciarse en las grandes localidades sí está habiendo un mayor envejecimiento, que varía en función de la tipología del residente. En núcleos turísticos es muy palpable. En Benalmádena, por ejemplo, se ha pasado de 15.239 mayores de 50 años a 24.645 en una década, un 61% más; en Estepona se ha elevado un 38%; en Fuengirola otro 38%; en Marbella un 40%; en Mijas un 25%; en Torremolinos un 33% o en Rincón de la Victoria un 58%. En Málaga capital hay ahora 37.000 personas más con más de 50 años que en 2007, un 21% más. El municipio que más ha elevado su población senior desde un punto de vista porcentual a lo largo de la última década ha sido Benahavís, pasando de 1.025 a 2.578, un 151% más.

Se podría pensar que esos municipios son, por tanto, los que más se han envejecido, pero no es exactamente así porque también hay que analizar en ellos cuál es el comportamiento de la población joven. Por ejemplo, Benahavís ha incrementado un 151% su población de más de 50 años, pero también es cierto que ha aumentado en ese mismo periodo un 139% el número de personas empadronadas de cero a 14 años. Realmente, el peso de la población mayor de 50 años sobre la población total en ese municipio es del 35%. En Benalmádena ocurre algo parecido porque se ha incrementado un 26% el número de niños, por lo que la población senior acapara el 35%. En Rincón más de lo mismo. Un 58% más de personas mayores de 50 años y un 32% más de menores de 14 años, siendo en este caso la población senior el 30% del total. Esa población mayor acapara el 37% en Málaga capital; el 33% en Marbella; o el 36% en Torremolinos.

La clave, dentro de la tendencia general de envejecimiento, es que se pueda aumentar el número de menores para garantizar el futuro social y económico de la provincia, máxime en un contexto marcado por la duda sobre el sistema público de pensiones. En una década solo 34 municipios de la provincia han conseguido elevar el volumen de niños de 0 a 14 años, aunque aquí sí hay grandes municipios como Alhaurín de la Torre, Benalmádena, Estepona, Fuengirola, Málaga, Marbella, Mijas, Rincón, Torremolinos o Vélez Málaga.

En la mayoría de municipios de la provincia se está produciendo la tormenta perfecta, es decir, más mayores y menos niños y eso implica nuevas necesidades futuras y el temor a que, en unas décadas, pueda haber pueblos sin habitantes que caigan en el olvido o que, directamente, desaparezcan. En esas localidades pequeñas es más común ver a un anciano jugando al dominó en un bar que a un niño con una pelota en la calle. Hay multitud de ejemplos. En Alfarnatejo, ubicado en  Axarquía, hay apenas 397 habitantes y, de ellos, según el Padrón, 219 tienen más de 50 años y solo 32 son niños menores de 14. En Atajate, de los 167 ciudadanos censados, 89 son mayores de 50 y nueve niños; en Alpandeire son 16 menores de 14 años y 137 mayores de 50; en Pujerra hay 24 niños por 160 senior

¿Qué se puede hacer para evitar ese despoblamiento? La Diputación de Málaga está dando cheques bebé para fomentar la natalidad y los ayuntamientos de algunas pequeñas localidades están creando bolsas de empleo para intentar atraer a gente o, al menos, que no se vayan los pocos que quedan. Pero esas bolsas suelen ser contratos temporales para trabajar como peón, albañil o jardinero y hacer apaños en los pueblos, algo poco estable con vistas a un futuro lejano. La crisis ayudó a que muchos que habían emigrado a la costa a trabajar en la construcción regresaran a sus pueblos, principalmente a la agricultura, pero la reactivación del ladrillo en la provincia puede provocar una nueva estampida. Crear empleo en los pueblos, atraer a familias jóvenes y sobrevivir. Ese es el reto que se marcan muchos municipios de la Axarquía o la Serranía de Ronda pero no es nada sencillo. El envejecimiento abre nichos de mercado ya que los jubilados tienen cada vez mejor calidad de vida y hay que darles servicios, pero hay que tirar de imaginación y recursos.

 



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