El juego puede ser un gran pasatiempo y una forma de despejar la mente. Sin embargo, los jugadores frecuentes tienden a exceder fácilmente el presupuesto del juego y a gastar más tiempo y dinero de lo esperado.
Lo mejor que se puede hacer es establecer un presupuesto máximo por adelantado, teniendo cuidado de no excederlo y cuidarse de desarrollar una patología.
Cuestión de auto control
Un jugador responsable trata de mantener el juego bajo control en todo momento, ya que tiene que ser divertido y no es una forma “profesional” o fija de ganar dinero. Lo mejor es ponerse límites y tratar de no excederlos por ninguna razón.
El no hacerlo puede traer consecuencias bastante negativas en distintos aspectos de la vida. Incluso se han reportado muchos casos de personas que no han sabido ponerse límites y no controlan sus impulsos, como explicado aqui, el caso de un joven andaluz de 22 años que ha desarrollado una patología.
El juego debe ser un placer
Algunas recomendaciones para mantener todo bajo control pueden ser:
- Tomar un descanso durante el juego, porque el deseo de ganar puede dar la ilusión de predecir el progreso del juego.
- Terminar la partida cuando finalice el límite de tiempo establecido inicialmente.
- No jugar con dinero que no se puede permitir perder.
- Cuando se decide a dejar de jugar o jugar menos, hay que comprometerse a mantener esta intención.
- Cuando se pierde, no hay que seguir jugando para reparar. Continuar jugando para ganar cualquier dinero que se pierda conlleva el riesgo de perder más dinero y crear adicción.
Riesgos de no ser responsable a la hora de jugar
No cabe duda que al igual que con el alcohol o las drogas, las personas pueden volverse adictas al juego. Algunos casos van desde cambiar un poco el estilo de vida, hasta perder cantidades significativas de dinero y desarrollar una dependencia peligrosa.
La ludopatía puede causar problemas en todos los aspectos de la vida personal: psicológico, físico, social o profesional.
Menores de edad
Para garantizar la protección de los menores algunos sitios solo aceptan el registro para personas que hayan cumplido los 18 años de edad y se realizan las comprobaciones oportunas de la coherencia de los datos personales indicados en el registro, también mediante la verificación de la copia del documento de identidad.
Por otra parte, es bueno no utilizar opciones de almacenamiento automático de contraseñas que puedan permitir una conexión inmediata y no verificada a sitios de juegos y evitar revelar a los menores los datos de tarjetas de crédito, cuentas bancarias u otros medios de pago. También es importante comunicarse con ellos y hacerles saber todo lo que el juego puede representar si no se es responsable.
Prevenir un juego compulsivo
Hay que tener claro que las tácticas son inútiles, no se pueden predecir los resultados. Además, hay que recordar que el juego nunca puede ser una solución a los problemas o preocupaciones y nunca se debe pedir prestado dinero para jugar.
Tampoco se le debe mentir a la familia y amigos sobre la cantidad que se ha perdido o el tiempo que se pasa jugando. Y mucho menos hacerlo cuando se presentan estados de depresión, soledad, aburrimiento, tensión o ansiedad.
Identificar patrones de riesgo
Si se cree que se tiene un problema con el juego, se recomienda realizar un cuestionario básico que utilizan varios profesionales de apoyo al juego compulsivo. Algunas de las preguntas más comunes pueden ser:
- ¿Alguna vez ha sido criticado por alguien por el juego?
- ¿Has mentido alguna vez para justificar el dinero que has pasado o el tiempo que has pasado jugando?
- ¿Juegas solo durante mucho tiempo?
- ¿Estás ausente del trabajo o descuidando tus estudios debido al juego?
- ¿Te resistes a usar para otra cosa el dinero reservado para apostar?
- ¿Has perdido el interés en tu familia, amigos o pasatiempos?
- Después de perder, ¿sientes que debes intentarlo de nuevo lo antes posible?
- Cuando juegas, si te quedas sin dinero, ¿te sientes perdido y desesperado y necesitas volver a jugar lo antes posible?
Buscar apoyo
A menudo, muchos tienden a ignorar la existencia de un problema y llegan a un punto de crisis que les lleva a pedir ayuda, cuando ya pudieron haber desarrollado una dependencia. Lo mejor es analizar cuidadosamente la situación y, si se cree que tiene un problema con el juego, se debe dejar de jugar durante un período de prueba de dos semanas o un mes.
Si no se logra, esto puede ser un síntoma de adicción patológica al juego y se requiere la ayuda de un terapeuta. Con la ayuda correcta se pueden proporcionar las herramientas para controlar y limitar las actividades lúdicas. Por fortuna, en toda España existen varias alternativas para buscar ayuda, desde Málaga hasta Asturias.
Además, cuando se decide volver a jugar, algunos sitios o casas de apuestas ofrecen a los usuarios la posibilidad de establecer límites en un período determinado. Esto puede ser muy útil para prevenir reincidencias.
