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La expresión «Con la iglesia hemos topado», se hace más patente en la siguiente información. La iglesia de El Trapiche no funciona a pleno «rendimiento eclesiástico», primero porque parece que cada vez hay menos párrocos, y después por las incomprensibles leyes religiosas, a día de hoy caducas. Porque en esa preciosa ermita no se realizan sacramentos, y casi dan «gracias a Dios» que puedan ir a misa de vez en cuando.
Este problema empezó cuando dejó de oficiar misa el anterior párroco, el cura Manolo, retirado por motivos de salud. A partir de ahí, la iglesia de San Isidro tenía la problemática de no contar regularmente con culto cada sábado por la tarde, que es cuando había misa en esta localidad perteneciente a Vélez-Málaga.
Pero la cosa empezaría a ir a más, cuando el sacerdote que esporádicamente acudía a El Trapiche, no sólo lo hacía una vez cada tres o cuatro semanas, sino que no estaba autorizado a oficiar los sacramentos (bautizo, comuniones, bodas..). Aquí donde empezamos a ver que las normas son un poco enrevesadas. La cantera de curas es escasa, hay crisis de fe, y resulta que el cura que acude a El Trapiche no puede oficiar sacramentos porque «no es el oficial».
Esta capilla, pequeña pero de un gran encanto y con muchos devotos, no solo de El Trapiche sino de los alrededores, está cuidada y muy mimada por sus vecinos, y especialmente por la Asociación «Amigos del Trapiche». Hemos hablado con su secretaria, Inmaculada Moreno, y nos ha contado todo la contrariedad que le está reportando lo que contamos.
«Nosotros nos encargamos, y lo hacemos de corazón, del mantenimiento, limpieza, reparación de toda esta capilla, porque nos duele y porque somos cristianos y devotos de San Isidro», nos comenta Inmaculada. Esta trapicheña se ve impotente a la hora de que su iglesia pueda funcionar con normalidad a la ahora de oficiar los sacramentos. Ella y compañeros y compañeras de su colectivo han movido varios hilos para poder resolver el problema, intentando hablar con el Obispado pero sin que este le de ninguna solución, ni puedan reunirse con ellos para tratar abiertamente este problema.
«Una vecina quería que su sobrina se casara en nuestra capilla, le hacía mucha ilusión, y al final lo han hecho en San José en Vélez, y ahora por ejemplo otros trapicheños quieren celebrar sus Bodas de Oro en la iglesia de San Isidro y no pueden hacerlo», comenta Moreno. Doy «fe» de que es misión complicada que desde el obispado nos contesten. Hemos hablado varias veces con prensa, y el asunto más que en el aire, puede que esté en el «cielo».
También nos apunta que el Libro donde se registran los sacramentos, ya no está en esta capilla, ese registro parroquial está ahora en San Juan. Quién quiera por ejemplo pedir una partida de bautismo tiene que acudir a esa Iglesia.
Los últimos sacramentos que se hicieron, fue hace meses, en mayo, con las comuniones, que fueron oficiadas por el Cura Francisco Sánchez, «el cura Paco» de San Juan, completamente desbordado con sus quehaceres de su demarcación.
