Fascistas italianos fusilaron a 12 republicanos durante la Guerra Civil en Colmenar

Hallan fosa en el cementerio de Colmenar con restos de 12 vecinos de Riogordo 

La Opinión de Málaga publica un interesante y amplio reportaje sobre el hallazgo de una tumba en Colmenra con restos de 12 personas fusiladas por fascistas italianos durante la Guerra Civil. Según este medio provincial el equipo del arqueólogo Andrés Fernández ha localizado una nueva fosa en el cementerio de Colmenar que contiene los restos de 12 vecinos de Riogordo fusilados, con toda probabilidad, el 5 de abril de 1937, según consta en la partida de defunción de uno de ellos. En esta nueva tumba se ha encontrado munición italiana, lo que indica que los fusilamientos podrían haber sido ejecutados por algunos soldados transalpinos que formaban parte de la columna italiana que el 6 de febrero del 37 entró en la capital por Fuente Olletas y que, por tanto, pasó antes por Colmenar.

Andrés Fernández destaca que la investigación comenzó porque un vecino de Alfarnate buscaba a su abuelo y pensaba que estaba en el camposanto de Colmenar, por lo que solicitó a la Dirección General de Memoria Democrática de la Junta de Andalucía la subvención para localizar la fosa. Finalmente, se demostró que este fusilado no estaba en Colmenar, pero varios vecinos de Riogordo que sabían que sus familiares habían sido ajusticiados en el pueblo vecino retomaron el tema. En total, fueron doce los fusilados allí.



«Hemos encontrado munición italiana», dice el arqueólogo y miembro de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Málaga. «Nosotros encontramos el extremo de la fosa y allí hay tres cuerpos, pero la zanja se mete debajo de un pasillo y no continuamos», explica. Ahora, se ha tramitado y concedido ante la Comisión Técnica de la Dirección General la solicitud para exhumar los cadáveres e identificarlos a través de pruebas genéticas, pero aún no ha llegado el dinero.

Los familiares y el equipo del arqueólogo tienen documentos relativos a lo que sucedió aquella noche (se desconoce la hora de los fusilamientos), tales como las partidas de defunción del registro civil (una de las familias habla del 4 de abril del 37 pero el Registro Civil sitúa la muerte de uno de ellos el 5 de mayo). Lo que sí se sabe es que fueron conducidos a Archidona, donde, en principio, se les sometió a un juicio sumarísimo por las autoridades rebeldes y luego se les condujo a su final junto a las tapias del cementerio de Colmenar.

Salvadora Villalba Sánchez es vecina de Riogordo y nieta de uno de los fusilados, Salvador Sánchez Villalba. «Desde niña, mi abuela, que murió a los 96 años, siempre hablaba de que a su marido se lo llevaron con 34 años a Colmenar. Sabemos por la documentación que fue condenado a muerte y lo fusilaron el 4 de abril de 1937», explica, para añadir al instante: «Según cuentan, fue denunciado por alguien de derechas por rojo debido a una deuda», aunque no pertenecía a partido político o sindicato alguno. «Eso sí, en mi familia somos todos socialistas y él era de izquierdas, pero no militaba».

Los familiares han guardado durante casi setenta años la historia de sus caídos aquella madrugada y, además de la documentación, hubo algunos testigos presenciales de la ejecución que contaron a los allegados lo que vieron. «Coincidimos todas las familias y hubo gente que dijo que vio cómo los mataban. Parece que fueron los italianos, porque se ha hallado munición de esos soldados allí».

De momento, hay un pequeño agujero en el suelo pero está tapado hasta que llegue el dinero de la Junta y los permisos oficiales ?ya concedidos pero no concretados?. «Es lento porque hay poco dinero», aclara, y afirma que cuando el Gobierno de González reconoció a las viudas de guerra las familias tuvieron que buscar documentos en archivos y registros para conseguir la pensión, lo que les ha ayudado ahora a conocer con más precisión el paradero de sus seres queridos.

Para recordar la memoria de sus caídos, las doce familias se van a dar cita el próximo 1 de noviembre en el camposanto de Colmenar, a partir de las cinco de la tarde, para realizar una ofrenda floral en la fosa, tras lo que leerán algunos poemas. «Sabemos que la fosa está allí. Ahí no pueden seguir, todos los familiares estamos levantando el ánimo, queremos los cuerpos y estamos dispuestos a dar hasta dinero», señala.



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