José Miguel Santos Paradas recoge de la basura diversos elementos utilizados en la fiesta del cine para usarlos en su escuela, ubicada en un barrio desfavorecido como es Palma-Palmilla, publica Cadena Ser.
¿Qué sucede cuando se apagan las luces y los fastos terminan? ¿Dónde van los cientos de materiales que se utilizan para una gala como la de los Goya del pasado sábado?
Lo que unos desechan puede convertirse en un maná para otros. Sucede con la comida y sucede con los materiales. Unos paneles de cartón, un trozo grande de tela o las estructuras del montaje son basura para la organización de los Goya, pero pueden ser recursos muy útiles en otro contexto.
Eso es lo que ha pensado y ejecutado José Miguel Santos Paradas, director de un colegio situado en la barriada malagueña de Palma-Palmilla, una zona desfavorecida de la ciudad, que ha dedicado el fin de semana a recoger con su coche parte de la alfombra roja por la que desfilaron el sábado los protagonistas de la gala de los Goya, así como estructuras empleadas para el montaje del atrezzo y elementos de cartelería, una historia que recogía la Cadena Ser en la capital de la Costa del Sol.
Santos se pregunta cuál es el camino para conseguir tantos recursos para una sola noche
En su cuenta de Facebook, Santos escribe que “he estado en los Goya (en los contenedores); con todo lo que habéis tirado algunos reutilizaremos los desechos para que los niños de un barrio olvidado se sientan los verdaderos actores de vida reales”.
El profesor da las gracias a la Academia del Cine por haberse acordado de la peligrosa situación en la que vive la Tierra con “el coherente mensaje de ‘Salvemos el Planeta’, aunque en lugar de sermones le pediría más coherencia entre lo que se proclama y se hace”.
En la gala irrumpió una actriz malagueña caracterizada de activista ecológica con un cartel que hacía referencia a la necesidad de luchar para salvar al Planeta. Pero Santos pregunta a continuación a todos los que organizaron y montaron la fiesta “cómo se consiguen tantos recursos, cuál es el camino para que no te denieguen recursos básicos o te cierren puertas. A una pequeña escuela de barrio siempre se nos dice que no hay recursos para las necesidades más básicas, que durarían mucho más que una noche”, terminaba el profesor.
