Atractivos bares de restauración y de copas recuperan la vida del casco antiguo, y con ello, los mismos problemas de las zonas de ocio de la costa.
La aparición en los últimos años de numerosos establecimientos de restauración y bares de copas ha dado un tremendo giro al casco antiguo de Vélez-Málaga.
No hace muchos años que la gran preocupación del Ayuntamiento era dar vida a un centro que había pasado a ser germen de la ciudad y tradicional punto neurálgico del comercio de la Axarquía, a encontrarse prácticamente en el abandono; con viviendas vacías y comercios cerrados o trasladados a las zonas de expansión.
Ahora los problemas parecen ser otros. La recuperación el centro está viniendo de la mano de locales de copas y restauración. En pocos años, casi una decena de empresarios han apostado por el casco antiguo como lugar donde ubicar atractivos establecimientos donde la nueva gastronomía supone su principal reclamo, logrando atraer a gran cantidad de público.
Nuevos y atractivos locales junto al creciente temor a los controles de alcoholemia, habituales entre Vélez-Málaga y Torre del Mar, han dado como resultado que cada vez sean más las personas que, sobre todo en invierno, opten por no coger el coche para salir a cenar o de copas.
Aunque poco a poco se ha visto como cada año se iba recuperando la actividad del centro, en estas fechas navideñas el éxito de los establecimientos que apostaron en su día por instalarse en una zona que iba en detrimento, está siendo espectacular.
Tanto es así que ahora los problemas empiezan a ser otros. Casi los mismos que en las zonas de ocio de la costa en pleno verano; la falta de aparcamientos y el exceso de ruido.
Los más afectados hasta ahora son los vecinos que residen en calle Fina, una calle de apenas cuatro metros de ancho donde se aglomera gran cantidad de público atraídos por la gastronomía, la música y las copas de dos pubs colindantes.
Según los vecinos, los locales ocupan la vía pública hasta altas horas de la madrugada, lo que les impide conciliar el sueño de forma natural. Aseguran estar desesperados ya que afirman que la Policía Local no atiende a sus requerimientos y reclaman el derecho al descanso.
El Ayuntamiento deberá buscar ahora la fórmula para que un centro con vida, no sea un problema para los residentes.
