El juicio por la muerte de Julen, el pequeño de dos años que falleció al caer en un pozo ilegal situado en una finca privada de la localidad axárquica de Totalán, comenzará el 21 de enero de 2020, pocos días después del aniversario de este trágico acontecimiento. En el banquillo se sentará el dueño de la finca, David Serrano, que se enfrenta a tres años de prisión a petición de la fiscalía por un delito de homicidio imprudente, aunque la familia del menor pide que se aumente en seis meses esa pena al considerarlo una negligencia «extremadamente grave».
La defensa por su parte pide la total absolución del acusado al haber avisado «varias veces» a los padres de los peligros y al pensarse imposible que el pequeño cayera por un agujero tan pequeño.
El fiscal del caso señala que Serrano era el único conocedor de la presencia del pozo y «a sabiendas de todo ello y de la falta de protección suficiente y adecuada, no adoptó medida alguna para evitar cualquier posible resultado lesivo, poniendo en peligro la vida de los dos menores»
