Recorremos el triángulo que forman Lucainena de las Torres, Tabernas y Laroya, tres municipios donde el viajero disfrutará de decorados de cine, bellas calles floreadas, sierras majestuosas y cargadas de misterio.
Por Francisco Gálvez
Vamos a realizar una ruta que combina misterio, glamur y maravillas visuales del interior almeriense.
Comenzamos por Lucainena de las Torres, una localidad que se ha ganado por derecho propio pertenecer a la red de los pueblos más bonitos de España, al que el auge de la minería reportó importantes beneficios que, junto a la agricultura, aumentó el nivel de vida de sus habitantes.
De calles limpias, fachadas blancas adornadas con flores de colores vivos, pasear por Lucainena de las Torres es hacerlo por una joya de Andalucía que dejará un recuerdo imborrable.
Tras el paseo pararemos a degustar un buen plato de gurullos, que son una especie de migas con ingredientes camperos, o una exquisita perdiz en guiso, platos típicos que nos darán fuerzas para continuar hacia el coto minero, donde la majestuosa estampa de los hornos de calcinación desde donde se suministraba hierro a los altos hornos de Vizcaya y que trajeron la prosperidad al pueblo.
Luego nos desplazaremos a uno de los lugares más secos de Europa, Tabernas, de fama mundial, ya que su desierto ha servido de escenario natural a multitud de películas, especialmente del llamado spaghetti western, que protagonizaron estrellas del celuloide como Clint Eastwood. De hecho, en Tabernas se celebra el único festival de cine de género western, el AWFF (Almería Western Film Festival).
Con relación al cine, Tabernas ofrece multitud de actividades, como el Parque Temático Oasys Mini Hollywood, el Desierto de Tabernas, el Fort Bravo Texas Hollywood o el Western Leone Poblado del Oeste.
No podemos dejar Tabernas sin una visita a la Plataforma Solar de Almería, el mayor centro de investigación del mundo en energía solar térmica.
Para completar esta ruta triangular, nos llegaremos al cercano pueblo blanco de Laroya, encajado entre dos sierras, que supone un auténtico paraíso para el turismo rural, ideal además para probar la gastronomía local o recorrer las montañas de la zona, tanto en verano como en invierno.
Para los amantes del misterio, en Laroya siempre puede encontrar alguien que recuerde los extraños fuegos espontáneos que sucedieron en el pueblo a mediados del siglo XX y que la ciencia de entonces no pudo explicar, hecho que fue noticia en todos los periódicos de España.
